La banda derecha se queda coja

Después de seis jornadas disputadas en Segunda División nadie puede extrañarse de que Iñaki Alonso, el entrenador del Real Murcia, no haya podido repetir el mismo equipo en ninguna ocasión, principalmente porque la mala suerte ha querido que la enfermería grana siempre cuente con algún inquilino y encima para recibir al Xerez también cuenta la tarjeta roja que el lateral Oriol Lozano vio ante Las Palmas, donde los granas cosecharon un valioso punto. Si encima de la sanción de Oriol se le suma que el canterano Mario Marín, quien había jugado como titular los tres últimos partidos de Liga, sufre una luxación en la clavícula provocada por una acción desafortunada en el entrenamiento del pasado martes, pues el resultado es que Iñaki Alonso tendrá que cambiar radicalmente la cara de su banda derecha para recibir al Xerez el próximo sábado.

De cualquier forma, los dos puestos que se han quedado ´vacantes´ tienen a gente muy interesada en el banquillo por disputar minutos como titulares para demostrar que también son importantes. En este caso, para la baja de Oriol en el lateral derecho se perfila con mucha fuerza (y lógica) el nombre de Paco Molinero, un lateral procedente del Huesca y que todavía no ha enseñado todas sus armas en Nueva Condomina. El puesto más adelantado, el de extremo derecho, tiene toda la pinta de que podrá ser defendido por Isaac Jové. El cartagenero gozó de minutos en el arranque liguero y ahora tendrá una buena oportunidad para cuajar un buen partido ante su público, algo que ya hizo en varias ocasiones el curso pasado. No obstante, el canterano Nico Varela, un fijo en el filial de Tercera División, también cuenta con opciones toda vez que Iñaki Alonso no ha tenido dudas a la hora de brindarle oportunidades al jugador del Imperial.

Y es que lo de la enfermería grana está siendo un hándicap considerable teniendo en cuenta que Sutil y Kike siguen recuperándose de sus respectivas lesiones y de que Chando todavía no ha debutado a pesar de tener el alta médica. Encima Mario Marín se lesiona para las próximas cuatro semanas y, en medio de esta historia, también tuvo que parar de forma obligada Emilio Sánchez por otra lesión muscular. El ex del Recreativo ya participó en el empate de Las Palmas. Contando también a Miguel Albiol, lesionado de larga duración, desde el comienzo del campeonato el Murcia ha tenido que lidiar ya con hasta seis jugadores lesionados.

Por lo demás, el encuentro contra el Xerez va a deparar también alguna sorpresa en lo que a la delantera del equipo se refiere. Desués de que Borja Bastón tampoco cuajara una buena actuación en Las Palmas y teniendo en cuenta que tanto el argentino Cristian García como el mallorquín Chando ya están en perfectas condiciones, no sería de extrañar que se vieran caras nuevas contra el combinado que dirige Juan Merino.

El Murcia ocupa actualmente el puesto quince de la clasificación gracias a la reacción del equipo tras caer en las tres primeras jornadas y conseguir siete puntos después en los últimos tres duelos. Los granas tienen en su casillero los mimos puntos que el Recreativo de Huelva, por lo que ambos conjuntos están a una victoria de los puestos privilegiados de la clasificación. Aún así, de la misma manera que es tan fácil ascender puestos, la velocidad a la que pueden bajarse también es pasmosa si el guión no se cumple como estaba previsto inicialmente.

Todos los componentes del vestuario grana saben que ahora es el momento de dar un golpe sobre la mesa, ya que las próximas cuatro jornadas, hasta el derbi de Cartagena, van a ser cruciales debido a que los murcianistas van a medir sus fuerzas ante equipos que van a luchar por objetivos similares. Xerez, Huesca, Villarreal B y Recreativo de Huelva son los próximos contrincantes de los murcianistas y estarán en juego doce puntos que podrían ser de oro, aunque habrá que esperar a que se disputen los partidos. Lo primero será tratar de doblegar el sábado a un Xerez que llegará con poca presión al coliseo grana después de la victoria del pasado lunes contra el Girona.

Fuente: La Opinión