
¿Cuándo toma la decisión de dejar el Sporting de Gijón y comprometerse con el Murcia?
A principio de verano pensé en buscar equipo, pero luego comenzó la pretemporada y parece que aumentaron las posibilidades de quedarme en Primera. Entonces estaba muy poco preocupado porque todo hacía indicar que no me iba a mover. Después, en las últimas semanas, recibo una llamada del Chuti (Molina) y me plantea un proyecto interesante además de dejarme claro que contaban conmigo para el regreso a Segunda División y me ofrecen firmar por tres temporadas. Y como el Sporting no llegó nunca a decirme que no me fuera ni tampoco me insistieron para que me quedara, decidí aceptar esta oferta con mucha ilusión.
¿Fue complicado para un canterano como usted, que desde los once años ya entrenaba en Mareo, dejar el que ha sido el club de su vida?
No voy a mentir y tengo que reconocer que estuve mal durante unos días. Soy muy feliz en Murcia y no me arrepiento, pero no tengo que esconder que estuve fastidiado porque siempre piensas en muchas cosas y con mucho cuidado para tratar de equivocarte lo mínimo.
¿Se le había pasado por la cabeza convertirse en un jugador importante en este arranque de campeonato?
Yo he venido con la ilusión de hacer las cosas lo mejor que pueda. Pero yo no vengo al Murcia ni por capricho ni por un calentón, acepté la oferta porque se trata de un club grande en el que tenía muy claro que podía tener más oportunidades que en Primera . Además, ahora que ha pasado un tiempo, creo que haber seguido en el Sporting hubiera sido alargar una situación que no era buena para ninguna de las dos partes. Estoy contento porque he empezado a jugar pronto, aunque mis prioridades no son otras que ayudar al equipo en todo lo que pueda y devolver con mucho sacrificio la confianza que han depositado en mí para llevar esta camiseta.
Siempre que se gana, los hombres de ataque se llevan los piropos. Cuando se pierde, la culpa casi siempre para la defensa. ¿No cree que es un poco ingrato el puesto de zaguero?
Habíamos realizado partidos buenos porque la gente además los pudo ver, pero en los goles encajados en jugadas de estrategia como ante el Elche y Almería lo estaban poniendo todo un poco más cuesta arriba. No obstante, en este equipo atacamos y defendemos todos, por lo que la responsabilidad es la misma. Ahora bien, hay cosas que siempre se pueden mejorar y por eso trabajamos todos los días. En Valladolid por ejemplo conseguimos una victoria vital, pero también encajamos otro gol de estrategia.
La victoria en Valladolid ha sido balsámica para los aficionados y, por lo que dicen sus compañeros, para todo el vestuario. ¿Cree que ha llegado tarde el primer triunfo acorde a los méritos del equipo o ha sido justo a tiempo?
Lo único que estaba claro es que necesitábamos puntuar por las circunstancias que nos rodeaban después de las tres primeras derrotas, pero todos sabíamos que nos tocaba un campo difícil porque el Valladolid es de los dos equipos más potentes de la categoría. Para mí es uno de los candidatos a ascender con plaza directa. A nosotros los tres puntos nos vinieron de escándalo porque si el trabajo es genial y todos creemos en las mismas ideas sobre el terreno de juego, la pena era la mala suerte que habíamos tenido en jornadas anteriores. Verte con cero puntos en la clasificación no es plato de buen gusto para ningún profesional. Si encima ha servido para que el público tenga todavía más confianza en nosotros, pues mejor. Yo creo que tras la victoria el equipo va a estar un poco más suelto y con ese punto de confianza y frescura que te puede valer un partido.
Como buen asturiano seguro que conoce la rivalidad entre el Sporting y el Oviedo. En Murcia pasa algo similar con el Murcia y el Cartagena. Imagino que se lo han contado ya.
Yo lo único que sé del Cartagena es que en los últimos dos años ha sido un equipo que siempre miraba hacia arriba. A través de la televisión pude ver los dos derbis de hace dos años, que fueron domingo por la mañana, y que haya rivalidad de la sana me parece estupendo porque quiere decir que en esta Región hay pasión por el fútbol y sus aficionados quieren lo mejor para su equipo. Encima el ambiente de estos partidos siempre le gusta mucho a todos los jugadores porque no es lo mismo jugar con las gradas vacías que con una grada repleta de espectadores. La verdad es que los derbis en mi tierra hace ya tiempo que no son lo que eran porque el Oviedo no pasa por su mejor momento.
Fuente: La Opinión
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