No va más. Ha llegado el momento, el día más esperado de la temporada. Después de 1.320 minutos de juego, de realizar miles de kilómetros por España, de batir récords y de recuperar la ilusión por el baloncesto perdida hace un año, el Club Baloncesto Murcia tiene hoy la quinta cita de su historia con el ‘ascensor’ que le lleva a la Liga ACB. Si gana, esta noche habrá fiesta, baño en La Redonda; si pierde, incluso puede lograr el objetivo, pero para ello necesita que el Burgos le eche una mano y supere al Obradoiro. En el peor de los casos, que no sé ninguna de estas dos situaciones, aún quedaría una bala en la recámara, la de los play off, pero nadie quiere pensar en ello, sólo en triunfar y celebrar que la séptima ciudad del país vuelve a la máxima categoría del baloncesto nacional.
Hoy no valen las estadísticas a las que tanto recurren los entrenadores para justificar las derrotas y las victorias. Hoy sólo vale conjugar el verbo ganar. Con el Palacio de los Deportes lleno hasta la bandera, algo que no ocurría desde el ascenso del año 2006, la plantilla y el cuerpo técnico están concienciados para agarrar un salto de categoría que les ha costado muchos sufrimientos a lo largo de la temporada. Después de una racha de dieciséis victorias consecutivas, de ser el equipo que más puntos anota y el segundo que menos recibe, nadie duda de que el objetivo no se puede escapar.
El campeonato ha ofrecido varias oportunidades a los murcianistas. Después estar a tres victorias del Obradoiro en el mes de diciembre, de sufrir tres derrotas en casa en los primeros compases del campeonato, el equipo reaccionó y aprovechó los fallos cometidos por el conjunto gallego. Después llegó la derrota en Santiago de Compostela, pero la LEB le deparaba a los de Luis Guil otra ocasión para alcanzar el primer puesto de la clasificación, es decir, el premio gordo del ascenso directo sin tener que pasar por el calvario de los play off. Por ello, nadie piensa en cometer hoy un fallo ante un rival, el Isla de Tenerife Canarias, que ya está clasificado y que sólo se juega acabar entre el sexto y el octavo
puesto de la clasificación.
«La afición nos debe llevar en volandas», han dicho en más de una ocasión los jugadores y el técnico durante una semana que ha sido muy especial. Y la respuesta del público ha sido espectacular, superando todas las previsiones. En muy pocas ocasiones el conjunto murciano ha tenido a lo largo de sus veinticinco años de historia un respaldo tan numeroso como el que tendrá hoy. Y por ello es importante que el equipo no falle, para intentar enganchar a una gran masa social de cara al futuro. De hecho, la entidad va a lanzar un órdago e incluso antes del choque iniciará la captación de socios para el próximo ejercicio. De hecho, todo aquel que deje sus datos en una urna establecidas para ello, tendrán un descuento del 10% en el precio del carné para el próximo curso.
Cuatro renovaciones en juego
Hasta ocho jugadores de la actual plantilla ya han saboreado las mieles del ascenso. Y en esa experiencia se quiere basar hoy el equipo para alcanzar el éxito. Para algunos componentes del plantel hay más en juego que exclusivamente el salto a la ACB. Pedro Rivero, Juan Ignacio Jasen y Vitor Faverani tendrán garantizada su continuidad de alcanzar el objetivo, al igual que el entrenador, Luis Guil, y uno de sus ayudantes, Chus Lázaro.
Fuente: La Opinión
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