La primera vez que ocurrió fue en la temporada 2000-01 y hasta la jornada cuadragésima no logró los puntos que le garantizaban la permanencia. El Real Murcia, con Pepe Mel en el banquillo -había sustituido a Rafael Alcaide 'Crispi' en la cuarta jornada y debutaba en un banquillo de Segunda-, había llevado una temporada realmente mala y durante las diez jornadas anteriores había estado coqueteando con el descenso.
Pero llegó el partido contra el Eibar -que se jugó el 3 de junio de 2001 en el Rico Pérez de Alicante por estar clausurada La Condomina a causa de un botellazo que impacto en el árbitro en un partido de Colpa contra el Zaragoza- y el Real Murcia se impuso por 1-0 al equipo de Blas Ziarreta gracias a un gol del defensa Ricardo Carrero, que cabeceó en el minuto 55 una falta sacada desde la derecha por Aguilar, el mismo que un año antes había marcado el gol del ascenso a Segunda en Granada.
Pepe Mel se había salvado: «Nunca debimos haber llegado a esta situación», diría el técnico, mientras Joaquín Romeu, entonces presidente del Real Murcia, elogiaba a toda la plantilla: «Se han merecido la permanencia». El Real Murcia, dos jornadas antes del final, había logrado mantenerse en Segunda División y evitado que el partido siguiente, contra el Elche en el Martínez Valero, fuera a vida o muerte.
Fuente: La Verdad
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