Hace cien años el conjunto murciano disputaba el primer partido internacional de su historia, en el campo Torre de la Marquesa, ubicado en lo que actualmente es la Plaza Circular, junto a la antigua prisión provincial y Correos. En este encuentro se enfrentaron al F.C. Nuremberg, que estaba de gira por España. El conjunto bávaro era descrito en la época como un equipo potente, no en vano había conquistado el Campeonato de Alemania de 1920 y 1921 y disputó la final de 1922. Contaba con varios jugadores internacionales, “son una complexión atlética, como verdaderos profesionales del deporte”, tenían mucha técnica y basaban su estilo de juego en pases cortos. El partido acabaría con un 0-1 para el conjunto visitante tras un gol de su delantero centro. Una derrota polémica por el arbitraje y con el fallo de un penalti en el primer tiempo que lanzaba fuera el murcianista Pagán, capitán del equipo.
Gracias a los recortes de periódicos que se conservan de la época hemos podido conocer con mayor profundidad como fue aquél histórico día del que ahora se cumplen cien años. El campo de la Torre de la Marquesa se había vestido de gala para presenciar este gran encuentro, que en la época fue toda una novedad, claro está. Con el recinto lleno y apoyando al equipo local, el Murcia F.C. saltaba al terreno de juego con la siguiente alineación: Juseph; Pagán, Mario Tapia; Marcos, Juan Calvo, Mateu; Roselló, Urgell, Ariño, Eduardo Martínez y Servet. Más tarde Tomás reemplazaría a Roselló. Este es el equipo que ha hecho historia y que vistió su tradicional uniforme de entonces, camiseta encarnada y calzón negro.
Enfrente, los del Nuremberg, vistiendo jersey azul y pantalón blanco. El arbitraje del partido estuvo a cargo del ex jugador Casanovas, impecablemente vestido con traje, que tendría una polémica actuación como explicaremos más tarde. Eran las cuatro y media de la tarde y el balón comenzó a rodar con una enorme expectación entre los aficionados que poblaban la instalación, ansiosos ante el encuentro que iban a presenciar. Todo el mundo pensaba que el equipo alemán pasaría por encima del Murcia sin problema, dada su fama goleadora y de buen juego. Pero no fue así. Los chicos del Murcia F.C. saltaron al campo decididos a jugar un buen partido y eso hicieron.
Las primeras ocasiones fueron para el Nuremberg que se acercaba a la meta local con pases cortos, pero nuestros jugadores rápidamente se pusieron las pilas, respondieron con varias jugadas en ataque que fueron producto de las botas de Urgell y con un gran chut de Eduardo Martínez, que se acabó estrellando contra el palo. Antes del descanso un emparedado entre dos jugadores alemanes que sufrió Ariño en el área, obligó a Casanovas a decretar la pena máxima. El capitán Pagán, con la galantería usual de entonces, lanzó fuera de la portería y así, con 0-0 en el marcador, marcharon los jugadores al descanso. Aún habiendo fallado el penalti a propósito, la actuación de Pagán en defensa estaba siendo muy buena junto con la de Tapia, que consiguieron frenar y cortar las jugadas de los visitantes.
La segunda mitad se vislumbra complicada para el conjunto murciano, que sufrió el acoso y dominio del Nuremberg, tras comenzar dominando el Murcia pero bajando en intensidad debido al cansancio. Además de estar fatigados, los delanteros del Murcia se veían obligados a tener que bajar hasta su portería para poder generar desde atrás ocasiones de ataque, debido a las dificultades para llegar a la portería germana. El jugador del Murcia Pagán cometería un agarrón dentro del área sobre un jugador visitante y Casanovas volvió a decretar pena máxima. Pero en un calco del lanzado en la primera parte, fuera ahora los alemanes los que acabaron mandando el balón fuera, fallando el lanzamiento. En las postrimerías de esta segunda mitad llegaría el gol alemán producto de un pase al interior del área que acabó rematando su delantero centro Philipp, que colocó de forma brillante el esférico y aun así el guardameta Juseph la rozó, pero no fue suficiente.
Tras el gol bávaro, éstos comenzaron a practicar un juego algo sucio, sobre todo en el centro del campo, para frenar los ataques que realizaba el Murcia. Debido a esto y a los errores arbitrales, en los que Casanovas no veía los fueras de juego o las zancadillas, el público comenzó a gritarle que se fuera. El colegiado, molesto con los gritos intentó retirarse del campo, pero el capitán alemán le imploró que continuara y así lo hizo. Poco más ocurrió en el resto de partido y pronto el árbitro decretaría su final.
Así fue, este histórico partido que hoy recordamos por sus cien años. Por último agradecer la colaboración de los miembros de la Comisión Histórica del Real Murcia, por la documentación e imágenes aportada para este artículo.
Fuente: Real Murcia
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