Se trata del segundo jugador murciano que sale en apenas cuatro días del club, ya que el pasado viernes se confirmó la marcha de Armando al Hércules en calidad de cedido.
Josema dio el salto a la primera plantilla en septiembre de 2018. El extremo se ganó un puesto en el once poco a poco e iluminó las caras de los aficionados en una campaña para olvidar. Llegó a jugar 1.860 minutos en 30 partidos y muchos le señalaron como uno de los buques insignias del prometido proyecto de cantera.
En una temporada ya había llamado la atención de varios equipos de Primera División, que llamaron a su puerta para incorporarle a sus canteras. El Betis B ofrecía 100.000 euros, una cantidad que algunos consejeros granas querían aceptar, pero que finalmente se rechazó ante las voces críticas surgidas por parte de los aficionados, que consideraban que en un futuro se podría obtener más dados los detalles que dejaba el jugador sobre el campo.
Nada más lejos de la realidad. La temporada 19-20 no ha sido la de Josema. El muleño ha pagado la falta de confianza de un Adrián Hernández que ya desde el primer momento le puso una cruz en la espalda. El extremo se ganó la titularidad sin que el técnico se la regalase ni le diese una pequeña opción. Su presencia ante Talavera, Villarrobledo y UCAM ayudó a salir de la crisis de las cuatro primeras jornadas, pero cuando mejor estaba, una lesión se cruzó en su camino.
Una vez recuperado ya nunca fue el mismo. De nuevo se vio a la cola, por detrás de Peque en muchas ocasiones, también de Dorrio; y nunca recibió una palmada en la espalda por parte de un entrenador que además se empeñó en situarle en una posición que no era la suya. Nunca tuvo paciencia el técnico, que además le castigaba por cualquier error, le sustituía a las primeras de cambio... En las últimas siete jornadas, solo disputó dos choques, uno de ellos -Talavera- cambiado en el descanso. Ocho meses después, Josema se marcha al Espanyol.
Fuente: La Opinión
No hay comentarios:
Publicar un comentario