Las condiciones planteadas por Adrián no tienen que ver con cantidades contractuales. Aun siendo bajo el sueldo del entrenador, no es ese el problema que ha hecho al técnico alzar la voz. Son las disensiones y desencuentros vividos en el curso actual (que nunca ha querido expresar en público) son los que desea evitar para el próximo. Y así se lo hizo ver al Consejo de Administración en un contacto celebrado el viernes 11 de abril, día en el que quedó evidenciado el abismo que separa hoy a entrenador de director deportivo.
Desde el órgano de gobierno murcianista se insiste en que, una vez que Julio Algar ha aceptado la propuesta firme formulada por el club, esperan que Adrián lo imite, porque lo quieren también en el banquillo, como esta campaña actual. "Y es más, no tengo dudas de que estarán los dos. Si hay algún punto de discrepancia, se resolverá, y trabajarán juntos", señalaba a Onda Regional un consejero grana hoy mismo. Buscar consenso donde ahora hay disenso. Que Adrián y Algar utilicen el mismo lenguaje. Este mismo consejero destacaba enfáticamente la unidad que preside la toma de decisiones en el corazón del ejecutivo grana, rechazando que haya caído en una guerra de trincheras. No hay cruz de navajas. Pero es verdad que Francisco Tornel, máximo accionista, no ha disimulado, por ejemplo, sus dudas respecto al éxito del modelo alemán propugnado por otros consejeros.
Adrián tiene sobre la mesa una oferta de otro Segunda B, que mejoraría de manera significativa lo que actualmente percibe en la entidad grana, pero ha preferido hacer oídos sordos, porque eso le llevaría renunciar a un sueño recurrente que lo ha acompañado durante toda su vida: sentarse algún día en el banquillo del Murcia. Pero quiere las mejores condiciones de trabajo, la mejor atmósfera posible, para que en la temporada próxima el equipo pise con fuerza y al menos desemboque en un 'play off' que este año le ha estado vedado.
Fuente: Onda Regional
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