sábado, 18 de mayo de 2019

Ian Mackay: «Lo pasé mal, parecía que esto echaba el cierre»

La mala planificación del Real Murcia tiene un ejemplo claro en la portería. Hasta cuatro guardametas como Simón Ballester, Tanis Marcellán, Alejandro Santomé y Quique Cebriá cuentan con contrato en el equipo grana para la próxima temporada. Sin embargo, Ian Mackay (La Coruña, 1986), que ha sido uno de los mejores durante esta campaña, podría irse de la Nueva Condomina, aunque tiene sobre la mesa una oferta para renovar. La afición le demostró su cariño frente al Melilla coreando su nombre tras una gran parada y espera que acepte prolongar su vinculación con el club para volver a dar puntos con sus actuaciones bajo los palos.

-¿Se ha arrepentido de firmar por el Real Murcia tras todo lo que ha pasado esta temporada?
-No me he arrepentido, pero en noviembre lo pasé bastante mal. Parecía que esto iba a echar el cierre y entonces piensas en esos otros equipos que me quisieron y que estaban ahí arriba para jugar 'playoff' y yo sin cobrar y viendo que en invierno me iba para casa, sin ningún euro en el bolsillo. También diciembre fue complicado, me quedé aquí porque pensaba que íbamos a ascender. Me habían dicho que íbamos a montar un equipo para conseguir luchar por el 'playoff'. Al final de enero nos quedamos muy mermados y me sentí un poco engañado. Además, la gente con la que me llevaba mejor se acabó marchando. Cada día que llegabas no sabías si iba a estar tu compañero de al lado.

-¿Le han ofrecido renovar?
-Sí, hablaron con mi agente el lunes. Yo digo la verdad, hasta el final de temporada quiero estar tranquilo y tener tiempo para pensar todo lo que quiero hacer. Prefiero no entrar en más detalles y que el tema del salario o las condiciones lo lleve mi representante, que es el que está hablando con el club. Yo le dije que intentara dejarme un poco al margen hasta que acabase la temporada.

-Sus saludos con los aficionados tras el partido contra el Melilla se interpretaron como una despedida.
-Eso lo quería explicar porque no es así. En Instagram me habló un chico que tiene un sobrino que hace muñecos míos y me los manda. Me pidió por favor si después del partido podía sacarme una foto con él y darle un abrazo porque era el último partido de la temporada y tenía miedo de que yo no siguiera. Fui a su asiento detrás de la portería y la gente, al ver que me acercaba, empezó a bajar para saludarme. Y después de corear mi nombre y de cómo me han respaldado, tenía que saludar a todo el mundo y sacarme fotos y todo eso. No fui a despedirme porque me pueda ir, no tiene nada que ver.

-¿Se siente querido en Murcia?
-Muchísimo. Me siento muy querido y los aficionados me lo hacen saber por redes sociales o cuando me ven por la calle. Yo estoy muy agradecido a la afición, no solo por lo que están haciendo por nosotros, también por todo lo que hicieron por el club para poder salvarlo y estar ahí.

-Dicen que ha sido el mejor del equipo esta temporada.
-Yo siempre digo que intento ayudar al equipo en todo lo que puedo. Los números están ahí, somos el tercer conjunto menos goleado. La defensa estuvo espectacular, tanto Charlie Dean, como Hugo Álvarez, David Forniés, Nahuel y José Ruiz. Todos los que jugaron ahí hicieron un trabajo muy bueno. Yo solo soy uno más para ayudar al equipo.

-¿Cómo vivió el fallo contra el Recreativo de Huelva?
-En el momento me di cuenta de que era un error muy grande. No podía venirme abajo, sé que es un estadio complicado y en ese momento íbamos bien y había mucha gente en las gradas. Si yo en la siguiente acción hubiera despejado mal o la gente hubiera visto que me superaba la situación, se podría pensar que no tengo confianza y que no sirvo para nada. Así que en la siguiente jugada me vino la pelota e intenté regatear al delantero. Al final me hizo falta pero ya lo había driblado, quería demostrar que tenía personalidad y me había repuesto.

-En el verano de 2006 jugó el trofeo Teresa Herrera con el Deportivo de La Coruña contra el Milan de Pirlo, Kaka e Inzagui, ¿cómo lo recuerda?
-Esa pretemporada fue muy buena, también nos enfrentamos al Benfica o al Sporting de Portugal. Ese año el Milan fue campeón de Europa y, sin contar con Modric, el Balón de Oro que consiguió Kaka fue el último antes de la era de Cristiano Ronaldo y Messi. Para mí fue un recuerdo muy bonito y tuve la suerte de hacer un buen partido. Que Riazor, el estadio del equipo del que yo soy desde niño, cantara mi nombre me llenó mucho.

-¿Qué cree que le ha faltado para jugar más en Segunda?
-No tuve suerte con las lesiones que es lo que se suele decir, pero es cierto. Además, mis decisiones tampoco fueron acertadas en algunos casos. Me fui del Dépor por un cabreo y al final se pelearon Munúa y Aouate, por lo que acabó jugando Fabricio que era suplente mío en ese momento. Cuando estaba en Segunda con el Sabadell iba a empezar jugando y una lesión en el último partido de pretemporada en la rodilla hizo que me acabasen quitando la ficha por una baja de larga duración hasta enero. Ese año se produjo la muerte de mi madre y fue todo muy malo. Rechacé ofertas porque estaba muy contento en Ferrol, el Leganés me llamó para ir a Segunda y también el Real Valladolid, pero quería subir a Segunda con el Ferrol porque creía que teníamos posibilidades. Fue una mala decisión porque al final el Leganés subió a Primera. Quizá la comodidad y la muerte de mi madre hicieron que tomara esas decisiones. No quería que mi padre se quedara solo en La Coruña al ser de otro país y antepuse lo familiar a lo deportivo y profesional.

-¿Por qué tiene doble nacionalidad española y escocesa?
-Mi padre es escocés, era capitán de barco y hacía paradas siempre en La Coruña. En uno de esos viajes conoció a mi madre y por eso tengo la doble nacionalidad. Después siguió trabajando en el mar pero se casaron y acabó haciendo su vida en Galicia. Llegué a ser seleccionado por las categorías inferiores de Escocia pero no pude ir y debutar por culpa de una lesión.

Fuente: La Verdad

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