Pero el técnico leonés remontó el vuelo y está consiguiendo sobrevivir en un banquillo eléctrico. Un puesto de trabajo por donde han pasado veinticinco entrenadores, contándolo a él, desde que llegó Samper y en el que solo Iñaki Alonso fue capaz de terminar dos temporadas completas, un logro que lleva camino de firmar Aira. A base de trabajo y de ir con sus decisiones hasta el fin del mundo, a pesar de que muchas de ellas no han sido comprendidas por los aficionados, ha conseguido llevar arriba una vez más a un Real Murcia que tiene dos vidas: la deportiva y la institucional.
Si la pasada temporada, tras un verano terrorífico con un descenso administrativo y todas las consecuencias que ello acarreó, consiguió dar estabilidad al vestuario, acabar la liga regular como segundo pese a los miles de kilómetros en autobús y jugar por ascender a Segunda, esta campaña, tras un mal inicio y con un ambiente enrarecido en la grada, ha conseguido meter al Real Murcia en el 'playoff' por encima de un Cádiz que parte con un presupuesto que casi dobla al que ha tenido Aira para hacer su plantilla.
El técnico leonés celebró con victoria en el Ramón de Carranza su partido número 50 como entrenador del Real Murcia. De todos ellos, el equipo grana se llevó la victoria en 26 y firmó empates en 9, dejando el casillero de derrotas en 15. La temporada pasada, en la liga regular, el Real Murcia de Aira cayó en diez partidos. El más doloroso fue el 4-1 del Tartiere. En el 'playoff' se le atragantó el Hércules.
Caer en la primera eliminatoria, pese a ser segundo en la liga regular, le dejó tocado, aunque Samper le entregó el proyecto de esta campaña, en la que ha ganado 4 partidos de Liga, ha empatado 2 y ha perdido otros dos. También cayó en la Copa del Rey, una competición que se le ha atragantado este año y también el pasado. Pese a todo, su balance es de aprobado alto, sobre todo si se tiene en cuenta todo lo que rodea al Murcia en permanente crisis.
Cambios de estilo
Aira ha demostrado, pese a no poder ascender el año pasado, que es un entrenador valiente. Sin duda, la decisión más dura que ha tomado desde que llegó al Real Murcia fue no contar con Acciari para esta temporada y obligarle a colgar las botas definitivamente, sabiendo que la afición, a la más mínima, se lo iba a recriminar. Además ha mantenido a Pumar como titular indiscutible pese a las críticas, un jugador que él recomendó. Tampoco ha dudado en dejar a Arturo, un futbolista de la cantera y en formación, en el banquillo o en la grada si era preciso por el bien del colectivo.
El técnico grana es versátil en su forma de jugar y no ha dudado en pasar de un modelo de contención a uno de ataque. El año pasado tenía un esquema más defensivo con la presencia de Armando y el propio Acciari, y este curso ha llenado su equipo de jugadores ofensivos en la parte de arriba. Además, no ha dudado en jugar con dos delanteros cuando ha comprobado que todo funcionaba mejor, incluido la semana pasada en el campo del Cádiz, un estadio que no le intimidó. Aira se ha acostumbrado a vivir en el alambre y a ser observado en cada uno de los movimientos que realiza. Aunque no engancha a los aficionados como lo hacía Velázquez, tiene números más que aceptables. Sabe que está haciendo de paraguas de Samper y que los gritos que la gente no puede proferir contra el palco van contra el banquillo. Pero los que le conocen dicen que no va a cambiar su forma de ser y que va a morir con sus ideas. De momento, ya está en el 'playoff'.
Fuente: La Verdad
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