martes, 18 de noviembre de 2014

El retorno de un antiguo 'novio'

El Murcia no deja de hacer ruido. A pesar de estar en Segunda B y acuciado por una deuda de 30 millones de euros, una vez excluidos los que Samper ha decidido perdonar, continúa siendo un club atractivo para muchos empresarios que ven en la séptima ciudad de España, en una afición que no tienen muchos equipos de Segunda y en un estadio que podría albergar partidos internacionales, una posibilidad de negocio nada desdeñable en un futuro a medio-largo plazo.

Actualmente hay tres vías abiertas para que Jesús Samper abandone su trono. Para empezar, los accionistas dicen que tienen dos inversores a los que solo les falta dar un paso más para mostrar su candidatura a comprar el Murcia. La segunda la representa un grupo empresarial valenciano que va por libre pero que está haciendo movimientos, que aún no se ha quitado la careta y que está trabajando para desembarcar en la capital del Segura.

Mientras que el tercer asalto es el de los peñistas, que han guardado con sigilo absoluto la identidad del canario Carlos González, un empresario que es propietario del Córdoba y con el que se han reunido dos veces en Madrid. González ya ha acumulado la información para saber de forma fiable qué y cuánto debe Samper a sus acreedores y qué es lo que soportaría si se hiciera cargo del Murcia.

Un presidente que hace ruido
De momento, son las tres alternativas más claras para que el Murcia deje de ser de Samper, aunque los tres casos aún parecen demasiado embrionarios y poco cocinados para que el murcianismo comience a soñar ya con una nueva vida para el Murcia, tras un periodo que dura quince años y que será recordado por la construcción de un gran estadio y por la generación de una deuda que ahoga al club.

De momento, todos los pretendientes, incluido Carlos González, están haciendo números y calibrando la verdadera dimensión de un club que los Samper está deseando quitarse de encima cuanto antes. González no está pensando en abandonar al club califa para desembarcar en Murcia, sino buscar una forma legal de poseer los dos clubes, bien con un inversor o bien a través de un formato legal a ojos del CSD.

Carlos González cumpliría así con un antiguo deseo ya que ha intentado comprar el Real Murcia desde hace años. De hecho, buscó entrar en el mundo del fútbol hace más de diez años, cuando en 2004 fue candidato a presidir el Real Madrid, aunque aquella vez no encontrara los apoyos necesarios. Después se enroló en la candidatura de Lorenzo Sanz que salió perdedora de unos comicios que ganó Florentino Pérez por un 94, 2% de los votos. En 2009, y yendo como vicepresidente de la candidatura de Juan Onieva, se estrelló de nuevo contra el fenómeno Florentino Pérez, que emprendía su segunda etapa en el Santiago Bernabéu.

Entonces Carlos González, nacido en Tenerife, se decantó por buscar otro club de fútbol que le agradase. Primero estuvo a un paso de comprar el Mallorca, pero con el negocio casi cerrado se truncó todo tras pelearse con Mateo Alemany. Después se fue a por el Rayo Vallecano cuando la familia Ruiz Mateos decidió abandonar el club madrileño, pero Martín Presa se le adelantó. En aquel entonces González ya estuvo dispuesto a hacerse cargo de los 30 millones de euros de deuda que tenía el club vallecano, algo similar a lo que tiene el Real Murcia actualmente.

Reuniones con Cascales
Hasta que en 2011 compró el 98,7% de acciones del Córdoba, asumiendo nueve millones de euros de deuda. Lo curioso es que justo antes de comprar el club andaluz, intentó locamente comprar el Real Murcia. Se reunió siete veces con Miguel Cascales, concejal de Deportes, estuvo en Murcia dispuesto a comprar y se vio con los Samper en Madrid, aunque el dueño del Murcia lo ninguneó al no considerarlo un comprador de verdad.

Samper pedía entonces de 25 a 30 millones de euros más la deuda, lo que espantó a González. El canario, que tiene gran parte de su negocio en Sudamérica, fundó el grupo ECCO destinado a la consultoría informática en 1994 y cuenta con 250 trabajadores. No es un derrochador y mira con lupa cada euro que se gasta. Tiene obsesión con el Murcia y quizás en los próximos meses se quite esta espina que tiene clavada.

Fuente: La Verdad

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