Más que enfadado, Óscar Quintana estaba ayer decepcionado
por el papel que su equipo había realizado ante el Gipuzkoa en un
partido en el que la afición se había volcado y confiaba en ganar. El
mal inicio fue una de las claves: «No hemos salido con la energía que
requería el partido. Le dimos una ventaja muy cómoda al rival para
manejar el ritmo del partido. Ya en la segunda mitad fue un querer y no
poder. Hemos errado demasiados tiros fáciles debajo del aro y no
estuvimos duros ni intensos».
El técnico se la jugó durante los primeros minutos con San
Miguel, aunque reconoció que pudo ser contraproducente: «No nos ha
ayudado salir con Rodrigo, porque nos dejamos llevar pensando que él
estaría al cien por cien. Hizo lo máximo, y algunos pensaron que jugaría
15 o 20 minutos, pero el detonante fue la falta de energía en defensa
en los primeros minutos. No estuvimos intensos y lo prueba que el rival
no fue al tiro libre».
El técnico cántabro del Ucam confirmó que su equipo no
llevó el ritmo del encuentro y se precipitó, jugó con prisas para anotar
pronto y se equivocó: «El equipo no dio el nivel defensivo que requería
el partido, no dominamos el rebote para poder correr, jugamos muy
lentos y a uno o dos pases, buscando el balón interior sin paciencia. En
la segunda parte lo intentamos pero en la primera no tuvimos energía».
El hombre del partido fue Robinson, máximo anotador y con
cinco triples convertidos. En el Ucam no supieron defenderle a pesar de
que ya sabían que se encuentra en un momento dulce y que se halla entre
los tres mejores anotadores de la Liga Endesa: «Estaba claro que
teníamos que rotar para defenderle bien y estar pendiente. Al final ha
tirado con mucha confianza y ha anotado, pero lo que realmente nos pasó
es que en la primera parte le dimos al rival 20 minutos y eso en esta
Liga no lo puedes hacer con nadie. Luego estuvimos mal bajo el aro y
desde la línea de tres puntos».
Fuente: La Verdad
Fuente: La Verdad
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