
El empresario madrileño tiene la soga al cuello porque frenar el aluvión de pagos que se le vienen encima no va a ser fácil, aunque hasta ahora, siempre ha hecho frente a sus deudas.
Para empezar, a los jugadores se les deben cuatro mensualidades y media, lo que supone cerca de un millón de euros. Según avancen las fechas y se sigan cumpliendo meses la situación será peor. Las bases y otros empleados llevan mucho más tiempo sin cobrar.
El plazo máximo para que los equipos de Primera y Segunda paguen a sus jugadores profesionales es el 31 de julio. Para esa fecha los clubes tendrá que estar al día en los salarios de sus futbolistas o bien llegar a pactos privados para retrasar el pago.
Si alguno de ellos decide denunciar, la consecuencia será el descenso de categoría. En el caso del Murcia será a Segunda B si logra el milagro de la permanencia. Si termina cumpliéndose la lógica y desciende en el campo, se irá directo a Tercera División.
Pero ese no es el único problema en la caja del Real Murcia. El pago del concurso de acreedores, concretamente del segundo plazo, también tiene a Jesús Samper en una situación comprometida. Son 3,5 millones de euros, de los que ya ha pagado a algunos acreedores, pero la mayoría sigue esperando su turno.
Si alguno reclama el dinero en el juzgado de lo Mercantil se iría a la fase de liquidación, pero en este caso las posibilidades de que alguien cobre serán nulas.
El próximo mes de noviembre se abre el plazo para pagar el tercer pago del concurso. Esta vez serán 4,6 millones de euros, dinero que tendrá que salir del bolsillo de Samper, ya que si el Murcia desciende a Segunda B no generará ingresos suficientes para hacer frente a esa deuda.
El Real Murcia fue el único club que en su concurso solo hizo espera, pero no quita. No se rebajó deuda, lo que hace aún más complicado devolver todo el dinero. Una parte de los 28 millones de euros se le deben a empresas del propio Samper (la cantidad podría rondar los 12 o 13 millones y se estableció que sería el último en cobrar). La medida de no hacer quita contó con el visto bueno de los tres administradores concursales a los que se les encargó la gestión del concurso: Damián Mora, Ramón Madrid y José María Moreno.
Ellos dieron su conformidad a un plan de viabilidad que establecía la necesidad de estar dos años en Primera y tres en Segunda para que el pago fuera real. Este año tocaba el ascenso, pero lo normal será que el Murcia terminen en Segunda B, lo que dejará su supervivencia en manos de Samper y de sus ganas o posibilidades de poner dinero procedente de sus otros negocios, o bien en manos de cualquiera que esté dispuesto a abonar esas cantidades que el club, por sí solo, no podrá generar.
Lo que le viene al Murcia si se desciende es mucho peor que lo que se superó hace tres temporadas. Con el fin de evitar el hundimiento de los descendidos se han establecido una serie de garantías para que los clubes que se van a Segunda B cobren 875.000 euros.
Este cantidad es la que salvó al Cartagena la pasada temporada y le permitió seguir adelante. La cobrarán todos los clubes que desciendan menos el Real Murcia, que no tiene derecho a percibir nada por dos motivos. No forma parte del G-30, que da a cada descendido 375.000 euros. El Real Murcia no está en este grupo y el conflicto que existe entre ambos degeneró en los 30 millones que los primeros le reclaman al club grana y en el famoso laudo arbitral que lleva coleando años.
Los otros 500.000 euros los da la Liga. Pero se tienen que devolver y solo se puede disponer de esta cantidad si no se adeuda. Como el Real Murcia descendió hace solo tres temporadas, aún no le ha dado tiempo a devolverla, motivo por el que no puede volver a cobrarla.
La situación está más complicada que nunca y el éxito de las empresas que Samper tiene en Argentina puede ser la tabla de salvación del Real Murcia.
Porque la situación económica del resto de negocios del presidente grana también es una incógnita.
La Federación Española de Fútbol rescindió el contrato que tenía con Santa Mónica para explotar los derechos de imagen y publicidad de la selección española y lo dejó sin una buena fuente de recursos, ya que, según parece, Samper le debía dinero a la Federación porque vender en España y en Europa la publicidad, con una crisis galopante, no ha sido sencillo en los últimos años.
A partir de ahora comienza la cuenta atrás para pagar las muchas deudas del club grana. De la capacidad de Samper para conseguir el dinero dependerá el futuro del Real Murcia.
Fuente: La Verdad
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