jueves, 1 de noviembre de 2012

Kike y Cristian, dos socios en busca del gol

Son los mejores referentes ofensivos del Real Murcia. Uno es español, nacido en el pueblo conquense de Motilla de Palancar en 1989, el otro es argentino, nacido en San Rafael, provincia de Mendoza, solo unes meses antes, en abril de 1988. Son Kike García y Cristian, una pareja de delanteros que se lleva bien dentro y fuera del terreno de juego.

Son jóvenes y con hambre de fútbol y de goles. Además, entre ambos hay una química especial, que quizás haya surgido tras identificarse mutuamente como deportistas que han tenido que digerir desde jóvenes malos tragos para poder llegar al fútbol profesional, y para mantenerse en pie ante la adversidad que a veces invade el fútbol, un lugar donde no todos son millonarios como Cristiano Ronaldo.

Con ellos en el terreno de juego el Murcia ha desarrollado su mejor fútbol, en El Molinón frente al Sporting y en la Nueva Condomina ante el Huesca, sobre todo. Pero la lesión de Kike que le tuvo fuera casi dos meses esta temporada y la baja de Cristian García para Alcorcón, les ha impedido volver a juntarse en el campo desde el pitido inicial. Ante el Girona, si no hay ningún percance, pueden volver a ser titulares. No son goleadores arrolladores, ni 'mingafrías' sobre el césped, como diría Clemente. Son más bien lo contrario; currantes que no dan un balón por perdido y que han enganchado a la grada de la Nueva Condomina por su fuerza, por su coraje y su entrega.

Mirando su carrera futbolística, sus caminos son paralelos. Kike se crió en Motilla de Palancar y Cristian en la provincia argentina de Mendoza, pero siempre con un balón cerca. La calle les enseñó el lenguaje del fútbol y cualquier objeto urbano o familiar valía para hacer una portería o un campo de fútbol, aunque fuera imaginario.

«Era crío y veía a todo el mundo jugando al fútbol y uno también se engancha. Jugaba al fútbol cuando salía del colegio, en el parque, en la puerta de mi casa», confiesa el delantero manchego del Real Murcia. Para Cristian García todo empezó en el seno familiar. Su padre lo guiaba a la hora de hacer ejercicios con el balón y siempre lo vigilaba cuando jugaba cerca de su casa. «Arrancó todo desde pequeño porque me lo empezó a inculcar mi padre. Empecé a jugar en la calle, en la vereda cercana a mi casa en el barrio de San Rafael», afirma Cristian García.

Guardando las distancias entre Europa y Suramérica, ambos crecieron a la sombra de grandes equipos. «Mis padres y mis hermanos eran del Real Madrid. Mi ilusión era ser profesional y vivir de esto. No era mucho de tener un póster en la pared, tenía las pegatinas y los cromos con los escudos de los equipos», reconoce Kike. Cristian soñaba con ir a La Bombonera: «El primer equipo del que fui hincha fue el Boca. Aunque también me gustaba el River Plate. Aunque mi sueño de niño siempre fue jugar en Europa. Era un salto tan grande como esperaba. Cuando llegue aquí me encontré con un mundo distinto. Aquí ves niños y familias en las gradas, allí es imposible», asegura.

En lo que no coinciden es en el tipo de jugador que les gusta: «A mí me gustan mucho los jugadores altos como yo, del tipo Dzeko el del Manchester City», asegura Kike García. Cristian incide en que sus gustos son diferentes. Su obsesión es el gol, pero tampoco le importa dar el último pase: «A mí siempre me gustó mirar a Batistuta, fue mi ídolo cuando era muy joven. Ahora sigo a Benzema, un jugador con mucha calidad para bajar un balón aéreo y que sabe cómo moverse».

Si Kike García y Cristian fueran entrenadores o capitanes de una selección, tampoco le darían el Balón de Oro al mismo jugador. «Se lo doy a Messi, es mejor que Cristiano de toda la vida. Cristiano es un jugador muy distinto, con mucha potencia y es capaz de meter un gol con arquero y todo pero Messi te arranca y te la mete por la escuadra. Después Xabi Alonso y Casillas», dice Cristian. Kike tiene otras preferencias: «Me gustaría que fuera Iniesta, es manchego».

Ambos, cada uno por separado, tienen un pequeño sueño escondido y que cumplir. Kike acaba de renovar con el Real Murcia hasta 2016 y aunque tiene 25 años se ve haciendo cosas muy grandes con el equipo que preside Jesús Samper: «Me gustaría jugar con la Nueva Condomina llena y con un ambiente como cuando jugamos frente al Lugo, era muy bueno, y me gustaría marcar el gol del ascenso en Murcia», asegura el de Motilla de Palancar con cierta añoranza. Pero Cristian García tiene otro sueño aún mejor para que se haga realidad a medio plazo, allá por finales del mes de mayo o junio.

«El gol del ascenso se lo dejo a Kike, yo le doy el pase. Con tal de ascender a Primera División, me da igual quién haga el gol. Yo me conformo con marcar el próximo año con el Real Murcia en el Bernabéu o en el Camp Nou», dice Cristian con una ligera sonrisa. Ambos, que defienden el fútbol de Mourinho por delante del de Guardiola o el de Tito Vilanova, ven a su equipo arriba, sin dudas: «Vamos a quedar entre los dos primeros», aseguran ambos sin ningún tipo de pudor.

Tipos tranquilos y familiares
En el plano personal, de puertas para adentro, Kike y Cristian también coinciden en ciertos gustos y son diametralmente opuestos en otros. Ambos son tipos familiares, de los que no les gusta dejarse ver después de un partido. De los que prefieren meditar en solitario. «Me gusta irme con mi novia y con mis hermanos a cenar a cualquier sitio, vienen a verme a menudo. Soy una persona casera y salgo poco. La fiesta y el fútbol son incompatibles». El Ruso es igual: «Me quedo con mi mujer, en la intimidad, con una buena cena romántica analizando todo lo que pasó». En el plano personal también coinciden en una cosa: «Creo que los dos pasamos de las redes sociales», aseguran.

En otros aspectos son muy diferentes. Kike tiene algunas manías de futbolista pero Cristian no: «Soy un poco supersticioso algunas veces, tengo mis cosas pero me las guardo para mí. Son cosas de futbolistas», asegura Kike. Una de ellas es conservar la misma taquilla en el vestuario de la Nueva Condomina desde que debutó con el Real Murcia en la campaña 2008-2009. Es la misma que dejó Sergio Escudero, su gran amigo en sus años de murcianista, en el año en el que José Miguel Campos le hizo debutar.

A Kike le van las rubias, sobre todo una que se llama Marta, mientras que a Cristian le van las morenas, fundamentalmente Carolina, su novia. El argentino prefiere el cine de comedia, «echarse unas risas», mientras que a Kike le gusta sufrir y las películas de miedo. O musicalmente, Kike es de Melendi y toda música relacionada con el 'flamenquillo', mientras que para el Ruso la cumbia argentina está la primera en sus preferencias, aunque le gusta prácticamente todo.

Pero no solo eso. «Yo en la tele veo solo Los Manolos, mi novia me riñe porque dice que no vemos las noticias. Pero es que no son agradables», dice Kike. Cristian, sin embargo, está preocupado por lo que pasa en su país, Argentina, sobre todo en materia de seguridad. Para el de San Rafael es un tema de los más preocupantes, con aún los recientes incidentes del Boca-River en la retina: «Aquí ves un Barça-Madrid con 120.000 personas y no pasa nada, ni siquiera se pelean. Nosotros tenemos un clásico igual de bonito y sale gente muerta. Aquí ves los hinchas mezclados y no pasa nada», asegura con inquietud el Ruso, que ha vivido muy de cerca el miedo que causan los ''barras bravas' en la liga argentina.

Fuente: La Verdad

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