miércoles, 11 de abril de 2012

David Barlow, el comodín del UCAM Murcia: «En Australia llegué a jugar de base»

No es el jugador más brillante ni el más espectacular del UCAM Club Baloncesto Murcia, pero al igual que el trío Douby-Augustine-Udoka, se ha convertido en fundamental para estar cada día más cerca de la permanencia. Él es David Thomas Barlow, un australiano de 2,05 metros, el comodín de la plantilla desde que se construyó allá por el mes de junio. Lo mismo le da jugar de alero que de ala pívot. En ambas posiciones ha rendido y ahora, cuando ya ha asumido que su misión está dentro de la zona después de la marcha de Robert Kurz, se ha convertido en el mejor cómplice de James Augustine, capaz de anotar triples en momentos decisivos y, sobre todo, de defender con dureza a hombres como Andy Panko, el MVP de la ACB, como ocurrió en el triunfo ante el Lagun Aro.

Su estatura, 2,05 metros, y sus largos brazos hacen de este chico introvertido, que cuenta los días para que lleguen los Juegos Olímpicos de Londres, uno de esos jugadores que a cualquier entrenador le gusta tener por su versatilidad. En Murcia ha asumido perfectamente el papel de comodín, aunque no es nuevo para él en su vida deportiva. «A mí me da igual el puesto en el que juego, ya que lo único que quiero es estar en la pista. Pero además estoy cómodo jugando de cuatro y estoy disfrutándolo, que es lo importante», dice David Barlow, quien recuerda que esa versatilidad que está exhibiendo en Murcia no es nueva: «En mi país jugaba de escolta y de alero, pero en una ocasión, a mitad de temporada, se lesionó uno de los bases y me tiré medio año jugando de base», explica un jugador que se formó en Estados Unidos y que en su país fue cuatro veces campeón de Liga. «Ahora estoy contento porque me gusta jugar lo máximo que es posible y así está ocurriendo. Me gusta mucho jugar para Óscar (Quintana)», afirma el ala pívot de Melbourne, que vivió una pequeña crisis coincidiendo con los últimos partidos de Luis Guil en el banquillo.

Barlow, que está casado con una inglesa y por ello no ocupa plaza de extranjero, es un jugador metódico, que llega todos los días al Palacio de los Deportes cuarenta minutos antes de que comience el entrenamiento. En la sala de musculación se le puede ver realizando estiramientos, calentando sus músculos para el esfuerzo que después le espera. «Yo juego a este deporte porque es un trabajo y quiero estar siempre lo mejor posible. No quiero pensar cuando termina un partido que durante la semana podía haber hecho una u otra cosa para estar mejor. Hago siempre todo lo que puedo hacer para obtener mi mejor rendimiento posible. Luego, si juego mal, no puedo decir que ha sido porque no he trabajado. Siempre doy el máximo», explica Barlow, quien está promediando 24 minutos en pista por encuentro, aunque en los últimos cuatro compromisos ligueros ha estado por encima de la media hora.

La temporada está siendo dura tanto para Barlow como para sus compañeros. Un equipo concebido para no tener problemas y asegurarse la permanencia sin apreturas, se ha visto inmerso en una situación angustioso. El australiano está viendo ahora la luz al final del túnel: «Ahora estamos mucho mejor. Personalmente tengo mucha confianza en el equipo, en mis compañeros, y cuando entramos a cada partido, lo hago con la confianza de que vamos a ganar. Es un sentimiento que está calando en los compañeros. Estamos jugando con más chispa, pero el problema que teníamos antes es que nos faltaba confianza y así seguro que pierdes», declara el internacional australiano, quien tiene claro que la clave está «en la defensa», recordando que al CAI Zaragoza, su exequipo, «lo dejamos en cuatro puntos en un cuarto, que es una barbaridad».

Cuando concluya la temporada, tendrá unas vacaciones y después se meterá a preparar los Juegos Olímpicos de Londres, para los que Australia ya tiene el pasarte. Será la segunda cita olímpica para Barlow, quien ya tuvo el privilegio de vivir los de Pekín 2008. Al igual que en el UCAM Murcia, quiere ser un pilar fundamental con la selección ´aussie´, en la que es un fijo desde el Mundial de 2006, y donde volverá a coincidir, como ocurrió el verano pasado, con Patric Mills, Brad Newley o Andrew Ogilvy.

Fuente: La Opinión

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