Dani Aquino ha dicho adiós. Trece años vestido de grana no se cierran en un suspiro. «Aún no me lo creo», asegura un niño que ha soportado un aluvión de críticas en los últimos años, que habla con tranquilidad y que está muy lejos de la imagen de jugador altivo y engreído que muchas veces se le ha colgado. Aquino reconoce que se ha equivocado en varias ocasiones que y quizá sus errores lo han llevado a tener que abrir una etapa nueva lejos de su ciudad y su familia. Lo sabía desde hace muchos meses y quizá por eso, tras marcar el último gol de la temporada, se despidió entre sentidas lágrimas.
-¿Qué sintió el martes cuando el Real Murcia le comunicó que no contaba con usted para la próxima temporada?
-Pues la verdad es que lo que más me ha fastidiado ha sido la manera en la que se ha vendido. El club y yo llegamos a un acuerdo en Navidad para que no siguiera porque era la mejor para todos. Al final me ha molestado bastante que lo vendan como que no me quieren, cuando yo no quise renovar en noviembre y ellos me lo ofrecieron.
- ¿Por qué no quiso quedarse?
-Creo de verdad que este ciclo se ha quemado y que es necesario empezar algo nuevo. Revertir la situación en el Real Murcia era prácticamente imposible, había que hacer las cosas mejor que bien para que todo volviera a la normalidad. Con la mitad que he hecho esta temporada hubiera estado jugando en otro sitio.
- ¿Se marcha dolido?
- No, que va. Me quedo con la cara de Víctor Alonso cuando se vio obligado a comunicármelo y con algunos más que confiaron en mi. Ha sido un orgullo vestir esta camiseta.
-¿Ha sido un año difícil?
-Bueno, más que difícil ha sido largo porque desde el principio veía que las relaciones con el entrenador no estaban bien. Pude irme en Navidad a otro equipo y no me dejaron, así que no entiendo que ahora digan y vendan al público que no me quieren cuando yo puede irme. Por eso estoy molesto.
- Con el entrenador nunca se entendió, ¿podría explicarme el motivo?
- Tuvimos diferencias. Él quería que yo tirara del equipo, que diera la cara cuando el equipo estaba mal, pero si lo hacía me decían que era un niñato. Nada más comenzar la temporada hablé con Sergio Fernández, que siempre tuvo palabras de aliento y de ánimo cuando estaba más desmotivado y me hacían sentir que no pintaba nada, y le comenté que me gustaría jugar en punta o más al centro porque necesitaba coger confianza y volver a recuperarme. Cuando se enteró Iñaki Alonso no le agradó, se molestó y ahí empezaron los problemas. Pero esa etapa ya pasó, yo he terminado bien la temporada y ya está.
- ¿Se ha sentido discriminado?
-Pues sí, no le voy a engañar. Tras la conversación con Sergio Fernández comenzó a no tolerarme a mi cosas que a algunos sí les toleraba. Ahora se ha visto bien a quién consentía determinadas cosas y a quién no. Parecía que quería mucho a Cañadas y al final se ha demostrado que no era tanto. Yo no quiero amistad con el entrenador, pero sí respeto y lo que no entiendo es este año la gente que ha tenido un colegueo con el míster.
-¿Qué ha tenido de bueno la temporada?
-La relación con los compañeros ha sido estupenda y me voy contento porque marcar el último gol me hizo mucha ilusión. Además, debuté en lo mejor del Real Murcia, cuando acababa de ascender a Primera División y me voy dejándolo otra vez en Segunda. Eso a mi me da mucha tranquilidad a la hora de cerrar esta etapa.
- ¿Qué espera del futuro?
-No quiero hablar porque cada vez que he dicho algo al final no ha salido. Mi futuro y las negociaciones están en manos de mis representantes. Si puedo jugar en Primera mejor que en Segunda, pero ya veremos, ahora solo tengo en la cabeza el campus que comienzo con mi padre y con Iván Amaya el domingo en Los Alcázares y en el que vamos a trabajar con varios niños.
- ¿Qué parte de culpa tiene en el hecho de no haber triunfado en el Real Murcia?
- El culpable soy yo, claro que tengo culpa. A mi no me gusta echársela a los agentes externos. Quizá mi fallo ha sido callarme muchas cosas y no decir en cada momento lo que creía justo. Pensé que mi gran fuerza estaba en el campo con el balón en los pies y no busqué más apoyos ni más razones que las del terreno de juego. Pero es que no es mi estilo vender humo o vender motos. A la larga esas cosas se caen por su propio peso.
- Se marcha usted, el canterano más importante del Real Murcia, se duda sobre la continuidad de Urzáiz, de Gotor, de Mario Marín... ¿Hay política de cantera?
-Pues... bueno... Vosotros lo habéis visto, podéis opinar. Lo único que espero es que no se equivoquen en las decisiones.
-¿Espera volver algún día y tapar muchas bocas?
-Yo sé lo que soy capaz de hacer y espero conseguirlo, nada más. Aún soy joven y puse el listón muy alto. Aquí ya era imposible.
-Dicen que era el fútbolista que más dinero ganaba de la plantilla grana.
-No me he parado a ver qué ganaban uno por uno el resto de mis compañeros. Yo el dinero lo quiero para que mi familia esté bien, para poder llevarlos a la playa a comer un arroz o quedarme allí si no nos apetece volver ya que no hemos alquilado casa.
- ¿Lo de su vida alegre son falsas acusaciones?
- Yo solo sé que he estado en dos escuelas de niños y en las dos al jugador que conocían era a mi. Algo tendré que haber hecho bien en el Real Murcia.
Fuente: La Verdad
No hay comentarios:
Publicar un comentario