No todos los futbolistas tienen en su hoja de servicios un ascenso a la categoría profesional del fútbol español. Son los elegidos del fútbol de pico y pala. Aquellos que han tenido la suerte de unir su nombre a la historia de un club de fútbol, a la historia de una ciudad o a los corazones de sus seguidores. Correa, Juanjo, Juanma, Carrero, Avelino Viña, Pepe Aguilar o Dani Aquino, por ejemplo. Son sólo unos cuantos de los que consiguieron cumplir su sueño en la temporada 1991-1992 y en la 1999-2000. Y además, en circunstancias muy diferentes. El uruguayo Correa y el vasco Juanjo lo hicieron en un Real Murcia que agonizaba en los despachos y que necesitaba ese ascenso para rozar con los dedos una última oportunidad de salvar a la entidad y salvarse ellos mismos. Juanma, Carrero, Viña, Aguilar y Aquino lo hicieron en un Real Murcia que alcanzaba la estabilidad económica con Samper y que cargaba con toda la responsabilidad de una institución de casi cien años a sus espaldas.
Gabi Correa y Juanjo ascendieron con el Real Murcia el 20 de junio de 1993, a falta de una jornada para la conclusión de una liguilla de ascenso con cuatro equipos en busca de una plaza. Una victoria por 2-0 frente al Baracaldo con goles de Crespí y Cantero suponía el ascenso. El Getafe no pasó del empate en su casa frente al Granada y el Real Murcia volvía a Segunda. Eran cerca de las once de la noche. Los problemas económicos asfixiaban al Real Murcia en los despachos, aunque el equipo brilló en el terreno de juego a las órdenes de Vicente Carlos Campillo. Era el ascenso de la necesidad. La gesta de un grupo de jugadores que incluso hasta estuvo encerrado en los vestuarios de la vieja Condomina.
«En aquellos años habían muchos problemas e inestabilidad aunque éramos un gran equipo. Jugábamos bien al fútbol. Creíamos en nosotros porque éramos el Real Murcia, dejábamos al lado los problemas y todos nos ayudábamos entre nosotros», comenta el uruguayo Correa, actualmente un entrenador que espera la llamada de un club para afrontar un proyecto de garantías. Juan José Díaz de Guereño era y es más conocido por Juanjo. Vistió la camiseta del Real Murcia durante once temporadas y tiene el honor de ser el séptimo jugador que más veces se ha enfundado la camiseta de este club en Primera con 73 partidos. Se retiró en la campaña 1995-96 y sabe mejor que nadie cómo sentir la elástica grana. «La camiseta del Real Murcia pesa al contrario, a ti no. Yo he defendido a este club y para mí ha sido la leche. Los jugadores deben saber qué es llevar el escudo del Real Murcia cerca del corazón. El Real Murcia es todo en esta ciudad. El Real Murcia es morir». El excentral vasco sabe cuál es el camino: «La clave es la mentalidad. Nadie te va a regalar nada y no te puedes hundir sea quien sea el rival. Los jugadores deben pensar en todo lo que han sufrido para llegar hasta aquí, no pueden tirarlo por la borda». El Real Murcia, incluyendo esta campaña, ha participado siete temporadas en la actual Segunda B (1992-1993, 1994-1995, 1996-1997, 1997-1998, 1998-1999, 1999-2000 y 2010-2011). Su último ascenso a Segunda tiene sabor andaluz y un protagonista cántabro de nacimiento y murciano de corazón.
El gol de Aguilar
El ascenso de la temporada 1999-00 fue uno de los más celebrados de la historia, junto con el del Real Murcia de David Vidal a Primera años más tarde. Tras volver a caer al pozo de la Segunda B en la temporada 1993-94, el Real Murcia caminaba moribundo por el desierto. El grupo de Jesús Samper se había hecho cargo del club una temporada antes. Llegaba la estabilidad y la tarde del 25 de junio del año 2000, Pepe Aguilar, que había llegado al Real Murcia en el mes de diciembre, metía un misil por la escuadra granadina y devolvía al equipo grana a la Liga de Fútbol Profesional contra todo pronóstico. Desde ese momento se convirtió en uno de los iconos del murcianismo.
El cántabro resalta una cualidad por encima de todas las demás en el grupo de Iñaki Alonso: «Es importante que todos entendamos que en la naturalidad radica el éxito. Entre este grupo y el que ascendió en Granada hay muchas similitudes. Éramos un grupo de amigos. Nos fuimos a cenar con las mujeres esa semana y yo hasta me casé el día antes del partido en Santander. Lo fundamental es no creérselo, si no, estamos muertos».
Pepe Aguilar apunta varias claves en este tipo de eliminatorias a dos partidos: «El grupo debe saber que en el primer partido tiene el 80% del ascenso. Debe tomárselo como el último encuentro, no hay que esperar a la vuelta para solucionar un problema que pueda surgir en el primer choque». Aguilar no teme a nadie: «Somos el Real Murcia, un Ferrari en Segunda B por el entorno, por la ciudad y por todo. Tanto el Sabadell como el Mirandés o el Lugo deben estar rezando para que no les toque el Real Murcia. Si me pongo en la piel de un jugador del Mirandés y pienso que puedo jugar la vuelta en Nueva Condomina ante 30.000 personas, seguro que me asusto», afirma el exjugador del Real Murcia.
El excentrocampista grana además ha ascendido a Segunda B con el Ciudad de Murcia de Quique Pina, con el que anotó dos goles decisivos en los últimos noventa minutos frente al Castellón. Era el ascenso de un modesto, con menos pedigrí que el Real Murcia: «El mensaje de humildad que ha propagado Iñaki desde el primer día va en la dirección correcta. Tiene muchas cualidades como la prudencia y sabía perfectamente dónde llegaba».
Avelino Viña llegó para jugar los seis partidos del 'play off' y sabe que en su relación con el Real Murcia hay un antes y un después del partido en Los Cármenes en el año 2000: «Quedas para siempre en la historia de una institución como el Real Murcia. Si el Real Murcia de hoy recibe en las próximas semanas el mismo apoyo de todos los estamentos y la sociedad de la Región que tuvimos entonces, podemos conseguir el objetivo», comenta el portero uruguayo. Viña es actualmente el preparador de porteros del equipo que dirige Iñaki Alonso y conoce de primera mano el potencial del grupo: «La mayor fuerza es el vestuario y su capacidad para superar los inconvenientes. Tiene la capacidad humana, deportiva y profesional para conseguirlo». El de Montevideo también fue protagonista en una de las noches más tristes del fútbol cartagenero y fue defendiendo la portería del Córdoba ante el Cartagonova de Aranguren. Fue su otro ascenso al fútbol profesional.
En el Murcia de la campaña 1999-00 también militaban tres jugadores que han pasado con letras de oro a engrosar la historia del club. Viven en la capital de la Región y también sueñan con el ascenso. Juanma Valero y Ricardo Carrero no sólo ascendieron con el Murcia de Crispi a Segunda ganándole al Granada 0-1. En la campaña 2002-2003 ascendieron con el equipo grana a Primera, siendo protagonistas de uno de los mejores episodios deportivos del club. La temporada 1999-00 también supuso la última de Toribio Aquino con la camiseta del Murcia. Tras militar cinco temporadas, el argentino se marchó del Murcia con 68 dianas y siendo el mayor goleador de su historia.
Fuente: La Verdad
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