Incluso se llegó a plantear la posibilidad de concentrar a la plantilla hoy por la tarde, teniendo en cuenta que el ambiente es formidable, que todos formar una piña y que así se aseguraban la tranquilidad del descanso, pero hasta esta cuestión ha sido finalmente desestimada. Y eso que la rutina habría sido la misma que en un partido a domicilio, donde los han ganado todos menos uno.
Luis Guil, el entrenador, ha pretendido desde el principio que «la semana sea como una más, sobre todo en el apartado técnico. Lo que hemos hecho hasta ahora nos ha ido bien, no hay motivo para cambiar. Sí es cierto que hay una presión añadida y tratamos de canalizarla para que esto sea positivo». Pero también tiene claras cuáles son las consignas para alcanzar la victoria: «Tenemos que estar concentrados en lo que hemos entrenado para frenar al rival. Esto es, quitarles algo para que no lleguen a los 80 puntos. Y a la vez confiados en que haciendo las cosas como hasta la fecha, todo irá bien. Que una grada llena no suponga una presión añadida, sino un estímulo».
Jesús Lázaro, segundo entrenador y mano derecha de Guil, es el último en hablar con los jugadores antes de comenzar el partido: «Mi trabajo consistirá en, una vez conocido el quinteto inicial del rival, recordar a nuestros titulares los conceptos aprendidos durante la semana».
Xavi Sánchez es el tercer entrenador y encargado de estudiar a los rivales: «El equipo de Tenerife tiene mucho poder ofensivo y muchos jugadores que atacan con acierto, con variantes y alternativas ofensivas capaces de abrir mucho su juego y lanzar de tres puntos. La referencia clara es Richi Guillén. No en vano es el máximo anotador y el más valorado de la competición».
Carlos Aragón es el preparador físico de la plantilla: «Desde hace dos meses hemos bajado la cantidad de carga física debido al esfuerzo acumulado. Los jugadores son profesionales y saben que hay que cargarse de hidratos para almacenar energía y dormir la siesta durante dos horas. El viernes tendrán que llegar con antelación a la pista para empezar a concentrarse».
Carlos Grávalos y José Antonio Pangua son los delegados del equipo. El primero se encarga de «preparar las equipaciones, el agua, las toallas y las chaquetas. Nadie me ha pedido nada diferente a otras ocasiones». Pangua lleva menos tiempo en la entidad y vivió el descenso del pasado año: «Estoy nervioso por lo que se puede conseguir mañana tras la dolorosa temporada que me tocó vivir con el descenso. Preparo las bebidas y a pesar del calor, en el Palacio de los Deportes tenemos aire acondicionado y no creo que necesitemos tanto líquido como en Alcázar de San Juan».
Rogelio Diz es el fisioterapeuta y Aurelio Garrido su segundo. Por sus manos pasarán los jugadores que están tocados: «Sergio Pérez y Vitor Faverani tendrán que estar hora y media antes de que comience el partido y pasarán por nuestras manos. Tanto uno como otro llegarán en buenas condiciones para jugar», confirma Rogelio, que aunque tiene experiencia en este tipo de partidos, no esconde que «estoy nervioso y tengo acumulada mucha tensión por que nos jugamos una año en sólo 40 minutos. Pero me gusta esta sensación».
Aurelio ha sido el último en entrar al cuerpo técnico: «Me encargo de ayudar a Roge con los vendajes y es la primera vez que me encuentro en una de estas. Estoy más nervioso que los jugadores». Paco Martínez, que es el traumatólogo, también lleva a sus espaldas unas cuantas experiencias de este tipo.
Fuente: La Verdad
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