-¿Cómo se encuentra después de tantos meses lesionado y tras tanta polémica sobre su estado de forma física?
-Me encuentro estupendamente, sólo necesito confianza y minutos porque estoy a un gran nivel. Si muchos han dicho que era muy bueno, seguro que puedo volver a serlo. Tengo sólo 20 años y aún puedo triunfar.
-Le veo con la moral por las nubes.
-Tengo muy claras las cosas. Si me dan confianza y comienzo a funcionar es poco probable que me puedan parar.
-Se ha hablado mucho de su estado de forma, de sus salidas nocturnas, ¿cómo ha vivido tanta crítica?
-Este oficio es así, no me preocupa mucho por mí, pero sí me molesta por mi familia, por mi madre y por mis hermanos. No está bien que digan esas cosas del hermano mayor, del que tiene que dar ejemplo.
-¿Pero es cierto que ha salido demasiado y hasta la madrugada?
-No, no, es algo que niego totalmente. No es así y con esas cosas hacen mucho daño. Duele que la gente piense así de ti porque yo nunca me meto con nadie, ni tengo una mala palabra para nadie. El problema es que si las cosas van bien no pasa nada, pero si las cosas van mal no puedes salir ni a la puerta de tu casa. Lo único que le pido a la gente es que el que quiera opinar de cómo estoy que venga a verme entrenar.
-¿Y qué me dice de sus problemas con la comida?
-No tengo ninguno. Como todos los días en casa lo que prepara mi madre, que es muy sano. Me encanta comer como a todo el mundo, pero ni como mal, ni cometo excesos. Es cierto que en verano cogí peso, pero ahora estoy bien y eso está ya solucionado.
-Su entrenador, Iñaki Alonso, no piensa así y ha declarado públicamente que un día se cuida pero al día siguiente no.
-El míster es así, qué le voy a decir... Desde ese momento en el vestuario me gastan bromas y me llaman Gordito, pero es con buena intención, nos reímos con este tema.
-¿Cree que Iñaki Alonso ha sido demasiado duro con usted en algunos momentos?
-No, no, para nada. Ambos sabemos cómo somos y nos respetamos. El entrenador habla mucho conmigo y se lo agradezco. Él sabe cuál es mi potencial.
-¿Qué ha cambiado en Dani Aquino en los últimos años?
-Absolutamente nada. Sigo siendo el mismo, salvo que ahora puedo invitar a mis amigos si me apetece, o regalarle a mi madre y a mis hermanos las cosas que les hacen ilusión. Por lo demás, soy el de siempre: sencillo, normal, muy familiar. Me encanta estar en casa, tirado en el sofá, con mi hermano mientras que estudia. Yo también debería estudiar, pero... bueno, hay tiempo para todo.
-¿Es complicado mantener los pies en el suelo en el mundo del fútbol?
-Yo creo que no. Sigo teniendo los mismos amigos que cuando era pequeño y no soy nada material. Me he comprado cosas que a los pocos días no he usado y al final pienso 'para qué me habré gastado el dinero en esto'. Yo me conformo con estar en casa, tranquilo y ver la tele, o los dibujos animados, que me gustan mucho.
-¿Le afecta mucho a su vida que las cosas no vayan bien en el trabajo?
-Sí, afecta, pero no al revés. Para mí entrenar o jugar es dejar los problemas al margen. Durante dos horas te olvidas de todo y sólo piensas en el fútbol.
-¿Y su relación con la grada?
-Entiendo a la afición. Ellos me conocieron jugando a un gran nivel y ahora quieren que les dé lo mismo que cuando debuté. Me han pitado y lo respeto porque no se conforman con cualquier cosa, pero sé que volverán a confiar en mi, sólo necesito darles lo que ellos se merecen. Si algo he aprendido en el fútbol es a ser paciente y a ir solucionando los problemas uno a uno. Se aprende de lo malo que te pasa, no de lo bueno, y la solución siempre la tiene uno mismo.
-¿En quién se apoya cuando las cosas no van bien?
-En mi familia. En mi madre, en mi padre, que conoce bien este mundo. Aunque el fútbol ha cambiado mucho, me gustaba más el de antes, más puro, más sencillo. Menos mediático, menos negocio.
-¿Cómo ve al equipo esta temporada?
-Estoy seguro de que vamos a ascender.
-¿Y a jugar mejor?
-Bueno, es que jugar en Segunda B no es como hacerlo en Primera División. Es cierto que el Barça ha creado un mal precedente para los equipos modestos. La plantilla de Guardiola es el fútbol total. Juega con ambición, muy bonito, pero eso no es posible en esta categoría.
-¿No debería ser el Real Murcia el Barça de Segunda B?
- Y lo es. He visto a jugadores llegar a Nueva Condomina y sacar los móviles para hacerse fotos en el estadio. Yo entiendo que el Real Murcia viene de Primera División y que la gente exige jugar bien, ganar y hacer goles, pero si algo me ha enseñado la Segunda B es que es una categoría súper difícil, todos los equipos quieren competir.
-Hablando de Primera División, ¿qué siente cuándo ve a Pedro León en el Real Madrid?
-Me alegro mucho por él de verdad. Pero que nadie piense que me molesta o me sienta mal. Ya me gustaría llegar donde él está, pero es que yo vivo de mi realidad, no de la de otros jugadores.
Fuente: La Verdad
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