viernes, 26 de noviembre de 2010

Antonio Cañadas: «Llevaba siete años sin cobrar regularmente todos los meses»

Antonio Cañadas Zapata (Albudeite, 13 de junio de 1979) está viviendo esta temporada en el Real Murcia una situación atípica para él. Y no es porque marque más o menos goles o juegue más o menos. Habituado a militar en clubes acuciados por los problemas económicos, en los que tenía muchos dificultades para cobrar y, en ocasiones, ni siquiera lo conseguía, en el grana ha encontrado la estabilidad que prácticamente nunca ha tenido en su carrera deportiva. Y en las últimas jornadas, esa tranquilidad se está traduciendo en goles. Ya lleva dos, aunque aún está muy lejos de los 17 goles que hizo una temporada en el Sabadell.

En las últimas jornadas ha visto puerta. ¿Se encuentra a gusto?
La verdad es que una satisfacción la situación que estoy viviendo, porque estoy ayudando al equipo. Si puede ser con goles, como está ocurriendo en estos últimos partidos, mejor que mejor.

Le costó entrar en el equipo. ¿Fue por la lesión?
Lo cierto es que yo tampoco me encontraba bien; fue un cúmulo de circunstancias. Necesité un tiempo de adaptación, pero poco a poco han ido saliendo las cosas. Ahora hay que mirar adelante e intentar que el entrenador siga confiando en mí todas las jornadas.

El Murcia estuvo dos partidos sin ganar pero el otro día sacó adelante un encuentro muy duro. ¿Cómo se encuentran, teniendo en cuenta que las habichuelas se las jugarán en mayo?
Al equipo lo veo bien; los número hablan por sí solos y la dinámica es positiva. La plantilla es muy competitiva, pero también hay muchos aspectos que mejorar, que es la grandeza de este equipo, que estando segundo en la clasificación, aún tiene un margen de mejora bastante grande.

Hace dos semanas, cuando marcó su primer gol con el Murcia, levantó los brazos al cielo. ¿A quién iba la dedicatoria?
Desde que hace dos años falleció mi abuelo, le dedico a él todos mis goles. Para mí era como un padre.

Aquí, en Murcia, por desgracia para usted, está viviendo una situación atípica, que es cobrar todos los meses.
Es cierto. A lo mejor, si lo cuento, no se lo cree nadie, pero hará siete años, desde que me marché del Elche, que no he vivido una situación así de estabilidad, cobrando regularmente todos los meses. En ningún equipo de los que he estado he cobrado regularmente. He tenido mala suerte en ese aspecto, pero ahora estoy tranquilo y en un club de verdad al que hay que devolver cuanto antes donde se merece. De hecho, el último año que estuve en el Elche ya tuve ciertos problemas. Después fui a Sabadell y más de lo mismo, igual que en el Jaén y en el Alicante. Y de los dos años en el Polideportivo Ejido ni hablamos.

Por lo que cuenta, a usted le han dejado más a deber que ha cobrado.
Es cierto, pero también es una manera de ahorrar. Normalmente, aunque sea tarde y teniendo que perdonar unas cantidades importantes de dinero, he cobrado algo. Pero claro, hay que pagar una hipoteca, mantener una familia... Yo miro atrás y no sé cómo lo he hecho.

¿Está en una nube?
Imagínate, tengo mi casa, mi familia (él vive en Elche pero sus padres están afincados en San Javier), todo. Cuando estás en casa, tienes a la familia al lado y siempre te puede ayudar, pero cuando estás fuera y vives situaciones por las que yo he tenido que pasar, es muy duro.

Por cierto, ¿cuál es su récord de goles?
En el Sabadell marqué 16 ó 17, no recuerdo bien.

¿Todos de falta directa?
No, sólo ocho de falta.

¿Quién le enseñó a lanzar?
Yo solo, nadie me enseñó. Era algo que me atraía desde pequeñín. Como le pegaba fuerte, en los equipos que estaba me ponían a lanzar las faltas. No es que sea Beckham, pero me defiendo bastante bien. A ver si sigue la racha y puedo ayudar con muchos más goles a mi equipo.

¿Cuándo fue la última vez que jugó en un equipo de la Región?
Estuve dos años en el Mar Menor. Después de juveniles, en la 98/99 estuve con Juan Ignacio.

¿Y siente la responsabilidad de jugar en el equipo de su tierra?
Ha sido una de las cosas por las que me ha costado más adaptarme, aunque parezca mentira. Te sientes más responsable, estás en tu tierra, en el equipo, del que he sido toda mi vida. Verte aquí te mete más responsabilidad de la que debes tener. Por una parte es bueno, porque sientes unos colores, pero esta responsabilidad llega a atenazarte. Lo cierto es que ya estoy acostumbrado y estoy muy a gusto.

Fuente: La Opinión

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