domingo, 10 de octubre de 2010

El Real Murcia saca un punto de La Constitución, 1-1

Hay quien no sabe que el fútbol es un deporte, que es una diversión a pesar de que mueve muchas pasiones. Los piques entre aficiones no sobran, pero sí otras cosas. Es triste decirlo, pero lo que vivió el Real Murcia en Yecla no tiene nada que ver con el fútbol, sí con la educación. Los insultos hacia la ciudad, al equipo, se pueden ‘comprender’ por la tensión del duelo, pero no que en mitad de la carretera rompan una luna del autobús del conjunto grana. El ambiente, desde que comenzó el encuentro, fue duro, complicado. No hay una explicación lógica al sentimiento de rechazo, por no decir otra palabra, que vivió la expedición pimentonera en una localidad de nuestra Región.

Viendo el partido, como se desarrolló, todos los allí presentes sabíamos que algo ocurriría, aunque nadie pensaba que había mentes tan ‘listas’ como para tirar piedras a un autobús. Las artimañas del terreno de juego tuvieron un efecto negativo en los aficionados, no supieron acabar el choque con el pitido final.

Hubo un equipo que tenía claro que el balón en movimiento, lo justo. Incluso antes de su gol, el Yeclano Deportivo ya no quería jugar, perdía el tiempo de manera constante. Fue marcar, a la media hora, y sus jugadores tardaban una eternidad en poner el esférico a rodar en cada falta, en cada saque de banda. Tanto que el colegiado ya los estaba avisando. Y en cuanto al juego subterráneo, que le pregunten a Óscar Sánchez o Kike en la primera mitad, se las llevaban por todos los lados.

Quizás el partido hubiese sido otro si en los primeros compases, con empate a cero, Chando le gana el mano a mano a Bernal. O si el tiro de Albiol hubiese entrado. Qué decir si el colegiado hubiera señalado el claro, e incomprensible, penalti sobre Kike. Pero nada de eso pasó, todo lo contrario. En una jugada a balón parado nos encontramos con el tanto en contra.

Si la primera mitad tuvo poco fútbol, la segunda menos. No se jugó, de tiempo real, ni el ecuador del periodo. Los balones se perdían y no volvían, aunque no era lo peor que ocurría. Faltas constantes e incluso agresiones. En la misma jugada tenían que haber expulsado a dos locales. Sólo fue mandado a vestuarios Vilaseca, por una dura entrada sobre Pedro sin el balón a su alcance. Mientras Amaya pedía justicia, el de Vallecas se llevó un puñetazo que el línea no quiso ver…

Los intentos del Real Murcia no eran efectivos, morían en las inmediaciones del área. Balones largos desde la defensa que chocaban contra el muro local. Pero el premio a la entrega, al coraje, llegó en la recta final. El árbitro, esta vez sí, pitó un clamoroso penalti sobre Richi. Pedro materializó la pena máxima, mandada a repetir por el colegiado porque los ‘listos’ que había detrás de la portería tiraron, por segunda vez en el encuentro, balones al área. No sabemos todavía por qué el árbitro benefició al infractor pero ya nos da igual, cuando en la vez anterior sí lo castigó. En el segundo intento el de Aspe volvió a engañar a Bernal.

No pudo ser la alegría completa por la victoria, pero tal como se desarrolló el choque el empate fue celebrado junto con los fieles del Real Murcia desplazados a La Constitución. Así que para casa con un punto y con sensación triste por todo lo acontecido, con todo aquello que no tiene que ver con el fútbol. El partido y el susto del regreso ya son historia…

Yeclano Deportivo: Bernal, André Luiz, San José, Chino (Raúl. 77'), Piru, Vilaseca, Cano (Crivi, 60'), Andrés, Biri (Juan Carlos, 64'), Tomás y Tonete.
Real Murcia: Alberto, Luciano (Isaac, 54'), Gotor, Amaya, Óscar Sánchez, Aguilera, Richi, Cañadas (Pedro, 45'), Albiol, Kike (Aquino, 75') y Chando.
Goles: 1-0. Andre Luiz (27'). 1-1. Pedro, de penalti (89').
Árbitro: López Amaya. Amarillas a los locales Cano, Chino, San José, André Luiz, Toni y Crivi. Por el Real Murcia a Cañadas, Richi, Aquino, Amaya y Luciano. Expulsó a Vilaseca y al grana Gotor. Acta del partido.




Fuente: Real Murcia

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