No podía imaginarse Rubén Rosquete que marcharse del Tenerife –no por decisión propia, sino del entrenador– iba a depararle un desafío todavía mayor a cualquiera de los que se habría encontrado de blanquiazul. Su nuevo club, el Murcia, acaba de pasar ronda en la Copa del Rey y está clasificado para la primera de las fases del torneo donde entran en acción los equipos de Primera División. "Y, por ser nosotros de Segunda B, nos tiene que tocar uno europeo", dice Rosquete, bien aprendida la lección. Sueña el de Icod con que sea el Real Madrid quien se cruce en el camino de los pimentoneros y que, ojalá, pueda jugar contra los blancos en la Nueva Condomina o en el Santiago Bernabéu.
"Prefiero el Madrid porque contra el Barça tendríamos que correr mucho", bromea el isleño, quien fue partícipe del éxito murcianista especialmente en la ronda anterior, cuando metió uno de los penaltis de la definitiva tanda contra el Oviedo. Ante el Sant Andreu catalán, sin embargo, tuvo menos protagonismo y sólo disfrutó de tres minutos sobre el césped. "Es normal, acabo de llegar y todavía soy nuevo para el entrenador", analiza el ex blanquiazul, cedido por el Tenerife por una campaña.
Según dice, no hay motivos "para estar preocupado". "Estoy contento por haber elegido bien", recalca el delantero, quien aspira a "aprovechar al máximo" su experiencia en la Península, donde el Murcia le ha puesto un piso a las afueras de la ciudad, a la que se ve "ya adaptado". Y preparado para lo que venga, incluido el Madrid. Por grande que sea.
Fuente: La Opinión de Tenerife
No hay comentarios:
Publicar un comentario