"Si el barco se hunde, hay que hacer algo". Las palabras vienen de la cúpula directiva del Real Murcia, donde se ha instalado la preocupación por la deriva del equipo. Las dos derrotas consecutivas lo han dejado temblando. Alcanzar el primer puesto ya es un sueño quimérico. Los grana no han podido seguir el paso militar de La Nucía y del Intercity, cuya silueta ya se le escapa del horizonte al Murcia, haciéndose cada vez más y más pequeña. Y el sexto clasificado es la nueva amenaza. Las peores pesadillas empiezan a tomar forma: quedar fuera del 'play off' de ascenso, dando continuidad al infierno al que se precipitó el equipo por su mala cabeza. En el club aterra el escenario pavoroso de que continuar otro año en el submundo de la Segunda RFEF.
Agustín Ramos no fichó a Mario Simón. Su contratación corresponde al anterior equipo directivo, que presidía Francisco Tornel. Aun así, el actual presidente grana confirmó su fichaje. Y lo ha mantenido en su puesto, incluso cuando más fuerte ha soplado el viento. La goleada en el Rico Pérez dejó a la intemperie al entrenador. Centenares de aficionados se manifestaron contra él a las afueras del Rico Pérez. Ramos dudó sobre lo que hacer. Pero apareció un paraguas, el de Antonio Pedreño. El asesor del presidente le recomendó que se aplazara la decisión una semana más. Una de las razones fue que el siguiente partido sería fuera (Puertollano), y por tanto, ni el equipo ni Mario Simón se iban a encontrar el ambiente irrespirable del estadio Enrique Roca. Y el equipo reaccionó. También Pedreño intercedió a favor de Mario Simón antes, en la derrota 1-2 ante el Eldense, hace justamente una vuelta.
Ahora la situación es límite. Las jornadas se agotan. El riesgo de que el Murcia se quede sin promoción se ha elevado. Y Ramos no quiere incurrir en la inacción. De momento, Mario Simón tendrá una oportunidad más. Pero un cataclismo en Elda le obligaría a adoptar una determinación drástica.
Fuente: Onda Regional
No hay comentarios:
Publicar un comentario