No recibieron tanto cariño los colegiados del partido. Martínez Campillo y sus asistentes pagaron los platos rotos de una afición que considera que ha sido perjudicada en los últimos partidos. En un sector del fondo sur se ondearon bolsas de plástico negras antes del inicio del partido como protesta por los arbitrajes que está recibiendo el club grana en esta campaña en Segunda RFEF.
No acabó en ese momento la crispación. A los siete minutos, cuando el colegiado decidió que una caída en el área de Dani García no era penalti, los ánimos fueron caldeándose, hasta el punto de que cada acción se convirtió en una cruzada contra los árbitros, que además recibían una gran pitada tanto al final de la primera parte como a la conclusión del encuentro.
La guerra Real Murcia-árbitros llegó incluso a los vestuarios. Y es que Martínez Campillo no dudó en reflejar en el acta que «el vestuario arbitral carecía de agua caliente». A una ducha fría condenó el Real Murcia a los colegiados, aunque desde el club, según el mismo escrito, alegaron que «había habido una avería en las instalaciones». Lo que se desconoce es si esa avería solo afectó a las duchas del cuerpo arbitral.
Peor entrada de la temporada
En el fin de semana de Todos los Santos, Nueva Condomina acogió la peor entrada de toda la temporada. Si hasta el momento la asistencia de público superaba siempre los cinco mil espectadores, en la tarde de ayer las gradas volvieron a verse vacías. Lo confirmó la cifra de público facilitada por el Real Murcia. 3.964 fueron las personas que acudieron a ver el choque contra el El Ejido.
Habrá que esperar al encuentro de dentro de quince días ante el Eldense si la caída de público del día de ayer fue debido al fin de semana festivo o lo que realmente pasa es que muchos aficionados han preferido no ir al estadio por la mala trayectoria del equipo.
Fuente: La Opinión
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