–¿Llegará a Primera?
–Pienso que sí, lo voy a intentar con todas mis fuerzas. Me veo con potencial. El tiempo pasa rápido y cuando antes llegue, mejor. Tengo que mejorar mi físico y ahora estoy muy centrado por todas las cosas que me han pasado. He madurado mucho; hay personas que me ven ahora y no me reconocen.
–Con la calidad que usted tiene, ¿Qué le ha faltado para llegar?
–Hay que trabajar mucho y tener un poco de suerte. He tenido varios momentos en mi vida en los que me he desconcentrado, era más niño. Cuando antes madures antes vas a llegar. Hay que sacrificarse mucho. Tuve unos años malos, fue bastante duro, pero ahora estoy muy centrado.
–¿Quizás es algo irregular?
–Un partido malo lo tiene todo el mundo y yo siempre he jugado en categorías superiores a las que me pertenecían por edad. En algunos sitios no me han dado oportunidades, y cuando las tuve sí fui regular y las aproveché.
–¿Que hubiera tantas expectativas depositadas en usted desde muy joven fue perjudicial?
–Siempre me han exigido y esperado mucho de mí. Muchas veces he sentido la presión. Te quieren ayudar, pero te trasladan mucha responsabilidad. En los momentos bonitos está todo el mundo a tu alrededor, pero en los malos solo se queda tu familia y los amigos más cercanos. Hay algunas críticas, sobre todo las del entorno cercano, que duelen.
–Siempre se habló de su peso.
–Tengo tendencia a engordar, comiendo poco cojo mucho peso. Lo tengo que controlar mucho. Siempre tengo que medirlo todo muy bien. Ahora, además de con el primer equipo, entreno todas las tardes una hora y media con un preparador físico. También tengo un nutricionista particular aparte del que me pone el club. Estoy en mi peso, aunque puedo mejorar aún más. Como pescado, verdura, legumbres y un poco de pasta. Nada de dulces, no miro los escaparates. Trato de no ir a sitios donde pueda pecar.
–¿Tiene pareja?
–Sí, se llama Eva y estoy con ella dos años. Me ayuda mucho a centrarme en los momentos malos. Es un apoyo para mí siempre.
–¿Le ha reconducido?
–Antes era más fiestero, cuando era más joven. Ahora me he dado cuenta que solo puedes salir en determinados momentos. Mis amigos no juegan al fútbol y no tienen la responsabilidad de cuidarse físicamente que tengo yo.
–¿Cómo empezó a jugar?
–Mi padre jugó al fútbol, pero en el deporte que destacó fue en el tenis de mesa; jugó en Primera. Yo comencé en el fútbol sala, en el Pescados Teruel. Era muy ancho y jugaba de cierre. Pero a los doce años me cambié al fútbol porque me aburría. Veía jugar por televisión a Ronaldinho y Messi y me motivaron. Empecé en la Nueva Vanguardia y dos años después me fichó el Real Murcia.
–Era un Real Murcia distinto.
–Era un club importante. Yo siempre quise jugar en el Murcia. Estuve tres años, despunté y fui convocado por la Selección Española sub 16 y sub 17. Y después me fui a probar con el Real Madrid en el Mundialito de clubes, pero cuando iba a firmar se produjo un cambio en la directiva y me tocó buscar otro destino.
–¿Cómo recuerda la experiencia?
–Estuve un mes y medio. Primero trabajé a las órdenes de Guti; no hablé mucho con él, tenía su equipo hecho. Tenía mucha ilusión de jugar allí, a cualquier niño le hubiera gustado, pero me fui al Málaga, otro club de Primera.
–En aquella época jugaba Champions y era un club potente.
–Fue la primera vez que viví solo y al prinicipio se hizo un poco duro. Después pasé unos meses muy buenos, pero cambiaron a mi entrenador para subirlo al primer equipo y todo cambió. Me estanqué y no tiré para arriba. Tenía cinco años de contrato pero decidí marcharme al segundo. Para estar fuera de casa yo solo y sin jugar, prefería cambiar porque lo pasaba mal. En el Albacete estuve muy bien y llegó la llamada del Cartagena.
–¿Fue un salto en su carrera?
–Estuve año y medio, me llevaba bien con Munúa. Me permitió debutar en Segunda B, pero había futbolistas muy veteranos en la plantilla. Era muy joven en un club con mucha exigencia, pero le estoy muy agradecido. Iba a Cartagena con Verza; él me enseñó y me enseña muchas cosas. De vez en cuando también me pega algún tirón de orejas.
–Dicen que también fue algo indisciplinado alguna vez.
–Alguna vez me quedé durmiendo y llegué cinco minutos tarde a entrenar, pero son cosas que le pasan a todo el mundo. Todo se exagera, solo fueron un par de veces. Munúa se enfadó, pero nada grave.
–Melilla, Castellón y vuelta al Real Murcia como cedido.
–El Real Murcia tiene mucha repercusión y es mi casa, me siento muy querido. Tengo un año más de contrato con el Castellón, pero siempre será una opción para mí. No descarto que pueda volver aquí.
–¿Quién es su ídolo?
–Messi es el que más me gusta, como él no hay nadie. Soy del Real Madrid, pero para mí es el mejor jugador del mundo. Verza tiene su camiseta y me dice que es imparable.
–Pero entonces, ¿es usted del Madrid o del Real Murcia?
–Primero soy del Real Murcia, el Real Madrid es mi segundo club. Mi familia siempre ha sido del Madrid, igual que mucha gente de Alcantarilla. Pero si se enfrentan entre los dos, que siempre gane el Murcia.
–¿Qué haría usted si alguna vez llega a la élite y gana su primer millón de euros?
–Comprarme una buena casa en un buen sitio de Murcia o La Alberca. El resto lo guardaría para montar un negocio. No derrocharía, me compraría un buen coche, pero no un Ferrari, es un dinero que pierdes.
Fuente: La Verdad
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