martes, 15 de septiembre de 2020

El Murcia no piensa vender su unidad productiva, a pesar del precedente del Córdoba, inscrito en Segunda "B"

El concurso de acreedores del Córdoba ha tenido un desenlace muy diferente al del Real Murcia. Mientras el club grana lleva años braceando contra la corriente, desgastándose en complejas negociaciones y haciendo malabarismos financieros para que la deuda mastodóntica que lo persigue no lo empuje a su extinción, la entidad andaluza vendió su unidad productiva a Unidad Futbolística Cordobesa (fondo de inversión de Bahréin), por 6,7 millones de euros, en una operación anunciada el 5 de diciembre del año pasado. Sin embargo, quedaba la gran incógnita en pie: ¿podría el Córdoba competir en Segunda División "B"? La doctrina mantenida por la Federación invitaba a una respuesta negativa, aunque hubiera un pronunciamiento jurídico favorable a los andaluces. El artículo 102.1 del Reglamento de la RFEF es muy elocuente al respecto. Desde Las Rozas se ha venido manteniendo de manera contumaz que la Federación es competente de forma exclusiva para determinar clubes y sistema de competición.

Este lunes, Fernando Caballero, magistrado del Juzgado Mercantil número 1 de Córdoba, dictó un auto declarando la firmeza de la venta de la unidad productiva. De esa forma, resolvía las discrepancias jurídicas, colocando a la Federación ante la disyuntiva de no aceptar al Córdoba como equipo de la Segunda "B" o asumir la resolución judicial. Y ha optado por la segunda vía, quitando el asterisco que pesaba sobre la inscripción del equipo andaluz para el nuevo curso en la categoría.

A juicio del Real Murcia, esa solución genera un agravio comparativo. El Córdoba ha podido, al vender su unidad productiva, eliminar su deuda con Hacienda, sin pagarla (el artículo 42 de la Ley General Tributaria excluye de la sucesión de empresa a los que compran actividad o explotaciones económicas pertenecientes a una compañía en concurso de acreedores), y solo queda latente la de la Seguridad Social. También se sienten agraviados otros clubes que continúan esforzándose por saldar sus deudas públicas: Hércules, Zaragoza, Racing de Santander y Recreativo de Huelva. Y al margen de consideraciones jurídicas, desde la zona noble del Enrique Roca entienden que la decisión de la Federación que preside Luis Rubiales merece, cuando menos, un reproche moral.  

En términos financieros, la venta de la unidad productiva aparece como una opción muy tentadora para cualquier empresa en claras dificultades de tesorería. De llevarla a cabo, la deuda con Hacienda (13 millones) y la deuda pendiente del concurso de acreedores (6) quedaría extinguida. Es decir, el Real Murcia rebajaría su pasivo en 19 millones de euros.  Y está en controversia si también quedaría el nuevo club exonerado de pagar la deuda con la Seguridad Social (3'5 millones). Una sentencia del Tribunal Supremo dictada el 2 de diciembre de 2019 exime a la empresa que se queda con la unidad productiva de satisfacer deudas de la empresa anterior. 

Pero desde el Real Murcia huyen de esta fórmula que sí ha transitado el Córdoba. Ni siquiera su inscripción como equipo de Segunda "B" ha modificacado la línea doctrinal sostenida. El Consejo de Administración quiere proteger el legado recibido, velando por mantener viva la historia sagrada del club. Comprimir la deuda mediante acuerdos concursales y negociación con las Administraciones Públicas va a seguir siendo la receta que va a aplicar el equipo directivo grana.  

Fuente: Onda Regional

No hay comentarios:

Publicar un comentario