-Tiene usted 32 años, es psicóloga y trabajadora de la asociación Cepaim, en Torre Pacheco.
-Trabajo en un proyecto de protección internacional y refugio con todas las personas que vienen y solicitan asilo. Mi labor es hacer terapia con ellos. En mi día a día hago talleres de integración, habilidades sociales, gestión de emociones y de duelo migratorio. También, terapias individuales con las personas.
-No es un trabajo cualquiera.
-Es difícil, pero a mi me gusta muchísimo y me compensa. Cuando comencé tuve que pasar un periodo de adaptación que me costó. Pero cuando ves que hay gente que consigue mejorar y hacer su vida aquí es muy gratificante.
-¿Desde cuándo es murcianista?
-Desde que estaba en la barriga de mi madre. Comencé a ir a La Condomina desde antes de los 10 años. El Murcia era una cuestión familiar. Mi madre, mis hermanos y mis primos iban al fútbol. Mi madre es mucho mejor aficionada que yo. Se llama Agustina Menárguez, tiene 76 años, y si por ella fuera no nos perderíamos ningún partido del Real Murcia. Viajaríamos a todos sitios. Mi madre irradia puro optimismo.
-¿Qué siente por el Real Murcia?
-Siento siempre nervios el día del partido, desde por la mañana. Con el Real Murcia se puede llegar a sentir una alegría inmensa y una impotencia tremenda a la vez. Duele mucho ver cómo hay gente que intenta maltratar al escudo que uno quiere. Para la gente que no viene al fútbol puede ser difícil entender cómo podemos llegar a sentir el amor por estos colores. Pero los hemos mamado desde pequeños. Es un sentimiento muy intenso que te hace sentir y también llorar.
-¿Sueña con un Murcia asentado en la Primera División?
-Sueño, por lo menos, con que mis futuros hijos y mis sobrinos puedan venir y puedan sentir lo que nosotros hemos sentido con un ascenso, lo que sentimos el año de David Vidal cuando lo ganábamos todo.
-Su madre sufrió mucho en la manifestación de Madrid a las puertas de la Liga, en el verano de 2014.
-Fuimos las dos. Fue el momento más amargo que he vivido con el Murcia. El descenso de Montilivi duele, pero el descenso administrativo me generó una sensación de impotencia. No fue justo lo que nos pasó. Fue una venganza de alguien que no sentía el escudo ni sentía nada. Fue un día muy duro.
-¿Siente vértigo?
-Sí, pero creo que es bueno tenerlo. Lo imprime la responsabilidad, y ser presidenta de la Fepemur es una responsabilidad muy grande. Y muy bonita. Me siento muy ilusionada.
-Le asusta reprensentar a tantos aficionados del Real Murcia?
-No me asusta. Se ha demostrado que si el Murcia sigue vivo es por el papel tan importante que ha tenido dentro de la sociedad murciana. El apoyo que tiene el Murcia es difícil que lo tenga otro club en la ciudad. Al Murcia lo siguen muchos murcianos, no solo los socios o los que vienen de vez en cuando.
-Lo mismo se tiene que plantar algún día delante del alcalde u otra autoridad para pedir ayuda.
-Exigir no me da miedo, me considero reivindicativa. No me daría miedo tener que ir a visitar al alcalde a pedir algo para el Real Murcia.
-¿Qué significa que una mujer esté a un paso de ser presidenta de una asociación como la Fepemur?
-Por un lado, reconocer que no hay edad ni género para ser aficionada de un club de fútbol. También sirve para dar visibilidad a la mujer en el mundo del fútbol, donde todavía falta bastante. Cada vez hay más mujeres en el fútbol, pero no tienen reconocimiento y la visibilidad que deben tener. Llegará el día en el que no sea noticia. Todos los compañeros de las peñas me han apoyado.
-¿Qué proyecto tienen ustedes?
-Somos el mismo equipo que nos presentamos hace un año con Patricio Martínez. Mantenemos el proyecto. Nuestro plan es que la Fepemur cada vez sea más fuerte, que la sede y la asociación sean un punto de unión de todo el murcianismo. Tenemos que tener un papel vigilante de todo lo que pase en la parte de arriba. El club ha vuelto a tener dirigentes que quieren el escudo y eso es lo más importante, pero la afición siempre tiene que estar. A Toni Hernández se lo dije una vez; el Murcia nos duele a nosotros.
-¿Un jugador especial para usted?
-Luis Gil. Cuando empecé a ver los partidos del Real Murcia era una preadolescente. Él estaba en todo lo alto. Era mi líder absoluto. Pero no se van de mi cabeza futbolistas como Iván Alonso, Richi, Acciari y algunos más. Son iconos para cuidar. Nos han dado mucha felicidad.
-¿Y un partido imborrable?
-El ascenso de Granada fue especial. Más cercano, la remontada contra el Extremadura. Esa temporada nos llevamos muchos palos y aquello fue apoteósico, pura energía.
-¿Qué le diría a todos los peñistas del Murcia que le podrían votar?
-Me gustaría contar con su confianza para hacer esta federación cada vez más grande. Todos estamos por un mismo objetivo, que es nuestro amor al Real Murcia. Cuanto más grandes seamos nosotros, más grande haremos al Real Murcia.
Fuente: La Verdad
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