-¿Está contento en su nuevo club?
-Pensé que ya no jugaría en el Murcia. Este club fichaba siempre a otro tipo de jugadores. Pero este verano, viendo el equipo que iban a hacer, con jugadores de la tierra, me ilusioné con la posibilidad de que se fijaran en mí. En el Jumilla lo jugué todo y soy murciano. Creo que podía haber llegado antes al Murcia, pero me conformo con que sea ahora.
-El Real Murcia es diferente a todos y se nota mucho. Es mucho más grande. La afición se siente mucho y te para por la calle para echarte fotos y que le firmes autógrafos. Antes no me pasaba. En mi pueblo hay mucha gente que es abonada del Murcia y ya me conocían, pero se alegraron mucho de mi fichaje por este club. Aquí todo tiene mucha repercusión, es como volver otra vez a jugar a un nivel muy alto.
-Usted se estrenó en Segunda División con el Ciudad de Murcia.
-Llegué al primer equipo del Ciudad de Murcia desde el filial gracias a Beto. Habló con Pina y Cordero. En el Ciudad de Murcia jugué cinco partidos de titular en Segunda, pero una cláusula me cortó la progresión. Seguí saliendo desde el banquillo, pero ya no fue lo mismo. Si hubiera sido más veces titular me hubieran tenido que pagar más. Hace años que ya no tenga relación con ellos, pero tengo muy buenos recuerdos de esos años. Teníamos siempre buenos equipos, con gente como Dani Güiza, que las metía todas para adentro.
-Y después llegó el Rayo Vallecano y su primer ascenso a Segunda.
-En el Rayo Vallecano la experiencia fue brutal. Por los campos de entrenamiento y la gente que arrastraba. Fue una experiencia muy parecida a la que estoy viviendo en el Real Murcia. Subimos a Segunda; el día del ascenso nunca se me olvidará. Fue un momento que siempre recordaré. La afición del Rayo es muy pasional y siempre apoya, pese a las derrotas. Aquel año jugué solo 30 minutos en toda la Liga, pero luego participé en las dos eliminatorias completas del 'playoff'. Hasta marqué un gol de cabeza. Solo tenía 20 años.
-Lo raro es que años después, tras lograr su segundo ascenso a Segunda con el UCAM, el club universitario no apostara por usted.
-En tres años que estuve en el UCAM conseguí dos ascensos. Después de Roquetas me vine al Bullense, en Tercera. Hice muchos goles y me llamó el UCAM para intentar el ascenso a Segunda B. Y lo logramos. Fue una etapa inolvidable. Después me fastidió no quedarme tras lograr el ascenso a Segunda: quizás era mi última oportunidad de jugar en esa categoría y había contado mucho con Salmerón. Pensaba que iban a contar conmigo, pero ya está, ya he pasado página y lo he olvidado.
-¿Se imagina ascender este año o el siguiente con el Real Murcia?
-Soy realista y no me lo planteo. De momento solo aspiro a salvar la categoría cuanto antes. Cuando lo consigamos, ya pensaremos en otra cosa. Todo puede pasar, el año que ascendimos con el UCAM había equipos mucho más caros. Nunca se sabe, y hay equipos en Primera como el Mallorca, con jugadores de Segunda B.
-Podría ser otro año. ¿Hasta cuándo piensa seguir jugando al fútbol?
-Hasta que las lesiones me respeten. Miramos la edad porque está en el DNI, pero yo tengo la ilusión de un zagal de 20 años. El curso pasado jugué 37 partidos en Jumilla y terminé bien. No me estoy lesionando. He firmado contrato solo para este año y ojalá siga más tiempo. Una vez que estoy dentro me he dado cuenta de lo grande que es el Real Murcia. Me siento feliz.
-No me lo he planteado. Entreno un equipo de alevines del Bullense. Me gustaría seguir vinculado al fútbol. Cuando estuve en el Rayo Vallecano sí gané dinero y me dio para comprarme mi casa y no tener hipoteca. No me he hecho rico pero también he tenido mis caprichos. Ojalá hubiera ahorrado más. Lo que tengo claro es que viviré en Bullas, me gusta estar aquí. Tuve buenas ofertas para irme fuera de España, pero siempre dije que no.
-Tiene fama de buena persona. ¿Se ha peleado alguna vez con algún compañero o un entrenador?
-No he sido problemático, nunca he tenido ningún problema con ningún compañero. Soy simple, normal. Con entrenadores solo me he cabreado con Pato, en el Jumilla. Fue la única vez que tuve tiranteces con uno. Me decía cosas que no cumplía y en un partido en casa exploté porque me sacó al campo en el minuto 91. No fue nada personal, ni le recrimé nada, pero me cabreó mucho.
-El Murcia ha perdido muchos partidos este año por ser un equipo blando, sin oficio. Lo dice Adrián.
-Hay muchos partidos que hemos perdido y que no merecimos perder. El oficio te lo da la edad, el tiempo y los partidos. Hay que ser más perro, pero a los equipos jóvenes esas cosas le cuestan. No me siento frustrado con mis compañeros, la gente que lleva pocos partidos en Segunda B tiene que aprender. Poco a poco, con ayuda de jugadores como Chumbi, Antonio, Curto y yo, lo conseguirán. Hay que entenderlos, todos hemos estado en esa etapa. Hay que corregir errrores, pero el equipo va a más, estamos unidos.
-¿Cómo se lleva con el técnico?
-Bien. Todo es nuevo para él. Lo único que le puede faltar es algo de experiencia en Segunda B. Su primer equipo no ha sido cualquiera; es el Real Murcia, en el que todo se mira mucho más, todo es más grande. Lo veo con posibilidades de tirar para arriba. Es sincero, te dice las cosas a la cara. Analiza y estudia muy bien a los rivales. Si sigue así, triunfará.
-Es un entrenador peculiar.
-Es diferente al resto, nunca había tenido un entrenador así. Se encarga de que en los viajes vayamos cambiando de compañero de habitación para buscar que todos conectemos. Y luego, antes de salir al campo, es muy especial. Mete mucha caña, es muy emocional y se expresa como es, sin tapujos. Lo diferente gusta.
-¿Cree que hay jugadores en la plantilla que llegarán a Primera?
-Si Josema sigue así, puede llegar. Igual que Juanma Bravo, que tiene muchas cualidades y solo tiene que ser más fuerte a nivel mental. Víctor Meseguer tiene mucha templaza y se coloca muy bien en el campo. Depende de ellos. Nunca deben venirse abajo cuando no los ponga, ni dejar de cuidarse y de trabajar fuerte. Pueden llegar.
Fuente: La Verdad
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