Los Gálvez no salieron para apaciguar los ánimos sino para incendiar el ambiente y alimentar el esperpento. El padre insultó a los aficionados que tenía debajo y el hijo les hizo gestos invitándoles a subir en un gesto de burla y mofa. Como respuesta a esta actitud, algunos aficionados intentaron acceder al estadio por la puerta de la tienda oficial, pero lo impidieron 6 agentes de la Policía Nacional.
Antes de empezar el partido, Gálvez fue recibido con una sonora pitada y su respuesta ha sido la de saludar en tono jocoso a la afición. A los pocos minutos, el presidente oriolano se ha marchado entre los pitos de los seguidores que han acudido al encuentro. En la primera fila del palco se quedaron Víctor Valentino Gálvez, el secretario del Consejo de Administración, Francisco Roberto Cases, y el director deportivo Toni Hernández.
Fuente: La Verdad
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