Ni los ingresos obtenidos en las últimas semanas por la venta de entradas y la liquidación de la ropa de la tienda han servido al Real Murcia para que se abonen las cantidades pendientes, y eso que el dinero tampoco ha ido a Hacienda ni a los acreedores que tienen embargado al club. La llegada de un nuevo embargo a las taquillas del Martínez Valero, pero buscando el dinero que le correspondería al Murcia no hace más que poner de relieve que la delicadada situación con el fisco no ha sufrido ninguna mejoría, más bien todo lo contrario.
Algo muy distinto es las precauciones que se han tomado en Nueva Condomina para que jugadores y empleados se aseguren, como mínimo, la recaudación del choque del domingo, en el que se pueden meter fácil en el coliseo grana más de 20.000 espectadores, ya que llenar el campo con 32.000 almas es una tarea que no ha conseguido todo el mundo por muy importante que haya sido la cita. El pasado viernes, jugadores tanto del primer equipo como de las bases, además de los empleados y del cuerpo técnico, dejaron constancia de sus deudas delante de una notaria en una tensa reunión que se produjo en Nueva Condomina y que va a provocar que, en lugar de las arcas de la Seguridas Social, la totalidad de lo que se consiga esta semana se pueda destinar de manera íntegra a seguir poniendo al día a unos trabajadores que están viviendo uno de los peores años que se recuerdan en este sentido. Esta maniobra legal que ha efectuado el Murcia hace unos días sí que ha despertado cierto recelo y dudas sobre la liquidez del nuevo presidente, un Víctor Gálvez que, sea por lo que sea, no se ha puesto al día con los trabajadores habiendo tenido tiempo de sobra.
Fuente: La Opinión
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