Y más tras no ascender a Segunda esta temporada, logro que le habría aportado, de entrada, 7 millones de euros en concepto de televisión. Por eso, en la reunión del Consejo del pasado viernes uno de los puntos que acordaron Abarca y sus colaboradores fue hacer una revisión de la estructura del club, saber qué gastos se pueden reducir y qué puestos de trabajo se podrían suprimir temporalmente hasta que el club grana regrese al fútbol profesional. Evaluar cada puesto de trabajo y sacar el máximo provecho a los recursos.
Sobre todo, lo que los rectores granas quieren poner en práctica es lo que se ha hecho en otros clubes: equipos de Segunda B con posibilidades de subir a Segunda que tienen menos de la mitad de personal que los granas para gestionar casi los mismos recursos. Clubes con nóminas menos hinchadas que las que tiene que asumir el Real Murcia cada mes para el personal no deportivo, que rondan los 30.000 euros mensuales. Uno de esos clubes es el Cartagena, que esta temporada ha contado con solo cinco trabajadores en plantilla: Paco Belmonte y Manolo Sánchez Breis en la gestión, ayudados por un jefe de prensa, un administrativo y una empleada para la tienda del club. Nada más, a pesar de que contó el pasado ejercicio con más de 5.000 abonados y es uno de los candidatos claros a volver a Segunda el próximo año.
Estructura de superior categoría
La Hoya no se puede comparar al club grana en cuanto a dimensión, pero estuvo a un paso de subir a Segunda con la dirección de Luis Jiménez y Manolo Molina, propietarios del club que hacían de gestores de club, de comerciales, de directores deportivos y hasta de jefes de prensa. El Murcia, en comparación con estos equipos, tira de más personal para hacer prácticamente el mismo trabajo. El club grana se parece más a los equipos grandes de Segunda y algunos de Primera en cuanto a personal y medios humanos.
El Murcia golea al Cartagena y a la mayoría de clubes de la categoría de bronce, ya que tiene en plantilla un gerente, una secretaria, un informático, un encargado de las taquillas, un contable, una recepcionista, una empleada para la tienda, un comercial, un jefe de prensa, una empleada de la limpieza interna, un encargado del aparcamiento del estadio y del césped, además de dos empleados en el departamento de marketing, uno de ellos contratado el pasado verano. A todos ellos, que se dedican en exclusiva al club grana, hay que sumarles otros trabajadores que colaboran con el Murcia y que reciben una compensación, aunque no están en nómina.
Algunos de los empleados de la entidad saben que esta medida es inevitable. Empezando por el propio Víctor Alonso, gerente de la entidad y actual consejero. Alonso, que tiene un sueldo superior a los 50.000 euros brutos por año, quiso reducir su emolumentos la pasada campaña, cuando el club grana fue descendido por la Liga a Segunda B por no cumplir los ratios económicos impuestos por el organismo que dirige Tebas.
Alonso, con un sueldo cercano a los que se pagan en Segunda, comunicó a Jesús Samper su intención de bajarse el sueldo y adaptarlo a la categoría. Fue el propio Samper el que se lo impidió. En el Consejo del viernes, Víctor Alonso planteó de nuevo su intención de bajarse el sueldo y ajustarlo a lo que puede cobrar un gerente en esta categoría. Alonso, además, planteó su intención de presentar su dimisión el próximo 30 de junio, una vez esté todo diseñado en la parcela deportiva.
El cuerpo técnico
Los recortes también pueden llegar a los técnicos de la primera plantilla, un gasto que el pasado ejercicio en Segunda B fue de 333. 027 euros, muy alto para la categoría. En este grupo están englobados los entrenadores que dirigen al equipo, fisioterapeutas, recuperadores, técnicos y otros cargos, como el de delegado de equipo, una figura que en Segunda B desempeña algún allegado al club a cambio de alguna pequeña compensación. O lo que es lo mismo, no suele ser un empleado a tiempo completo del equipo en cuestión, como pasa actuamente en el Murcia. Por poner un ejemplo, en el Granada de Primera, el murciano David Navarro comparte su trabajo de gerente con el de delegado del primer equipo.
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