El puesto de delantero en el Real Murcia, una posición en la que subes a
los altares o desciendes a los infiernos dependiendo del acierto y la
efectividad, hace ya unas cuantas jornadas que comenzó a perder bastante
crédito, concretamente desde que el pasado domingo, la remontada ante
el Linense, sirviera para comprobar que el preferido de José Manuel Aira
para jugar de ´9´, el asturiano Carlos Álvarez, lleva más de un mes con
mucha irregularidad en sus números y lo que es peor, ha acumulado
cuatro fallos tan graves y de bastante envergadura que han quedado
marcados a fuego en la retina de unos aficionados que cada semana se lo
piensan menos para mostrar su malestar con la toma de decisiones del
exjugador del Leganés.
La última acción que confirmó las malas
caras que hay en Nueva Condomina con el atacante grana ocurrió el
domingo ante el Linense. A los diez minutos, con cero a cero en el
marcador y el Murcia con su rival entre las cuerdas, Álvarez hizo que
más de uno se llevara las manos a la cabeza al mandar fuera de la
portería un cabezazo, con el portero ya batido gracias a un centro
medido de Sergio García, que se marchó fuera sin ir tan siquiera entre
los tres palos. Aquí se apagó el asturiano, y clara lo que se dice
clara, no volvió a disfrutar de ninguna más.
Y es que la
efectividad de Carlos Álvarez se ha visto resentida en muy poco tiempo,
teniendo en cuenta que es uno de los jugadores con más minutos a sus
espaldas, aunque su promedio goleador está en horas bajas. Aunque el
máximo goleador de la plantilla actualmente es Gorka Azkorra con cuatro
tantos, lo cierto es que Carlos Álvarez tiene tres dianas en su cuenta
particular, números que no serían ni mucho menos preocupantes, de no ser
porque el casillero del futbolista ovetense podría estar más cerca de
la decena si hubiera tenido mucha más calma de la que muestra
habitualmente. De hecho, son muchos los aficionados que ya se han dado
cuenta de que últimamente Álvarez juega con mucho nerviosismo para
desempeñar un puesto en el que hay que tener la mente más fría que en
otras demarcaciones.
Sin embargo, si la ocasión tan clara
desperdiciada el domingo conllevó algún silbido desde la grada, no fue
tampoco porque el público se la tenga jurada, ni mucho menos, al
asturiano, puesto que la cosa viene de unas jornadas atrás.
El
choque ante el Melilla de la quinta jornada, una semana después de
conseguir la primera victoria del curso ante el Betis B, fue el
escenario donde Álvarez comenzó a demostrar una prisas que no le sientan
bien. Con el partido con 2-0 a favor y superado el minuto noventa,
Álvarez tuvo la oportunidad de cerrar el encuentro, aunque en esta
ocasión pensó demasiado y el remate salió extraño, sin fuerza y directo a
las manos del potero.
Dos jornadas después, en la séptima, de
nuevo en Nueva Condomina, Álvarez hizo algo que fue como un jarro de
agua fría para el público del coliseo grana. Primer minuto de partido
ante el Linares, error de la defensa local bien aprovechado por el
murcianista y cuando se plantó solo delante del meta rival, lo de
siempre, balón al cuerpo del portero. El encuentro contra los de Jaén no
solo es que pudo quedar sentenciado antes de llegar a los sesenta
segundos de juego, es que nadie tuvo después en sus botas una ocasión
tan clara como la del asturiano. En Cádiz fue la siguiente vez que dejó
patente que no tiene el punto de mira fino, ya que nada más volver de
vestuarios, con los granas ganando por la mínima, pudo haber dado el
estocazo final de haber superado al exgrana Alberto Cifuentes en otra
acción de mano a mano contra el portero rival, una faceta de Álvarez que
está poniendo nerviosos a algunos aficionados, que no al entrenador en
ningún caso, ya que José Manuel Aira ha dejado patente que no aplica el
mismo rasero con todos los jugadores. Si Luis Enrique Martínez, el
entrenador del Barcelona, dijo en su turbulento inicio en la entidad
culé cuando decidió sentar a Messi por llegar tarde de una concentración
con Argentina que «no puedo tratar a todos mis jugadores por igual, ya
que es algo que no hago ni con mi familia», no iban muy desencaminadas
sus palabras respecto al discurso actual de Aira.
Cuando el
entrenador fue preguntado por las dos semanas que lleva el
centrocampista Armando fuera de las convocatorias, Aira le dio un tirón
de orejas y explicó que al murciano «le está costando tomar buenas
decisiones». Y tenía razón. Sin embargo, cuando le preguntan por las
ocasiones que falla Carlos Álvarez y si Azkorra, el pichichi del equipo,
está por delante del asturiano, su entrenador saca los dientes y dice
que «aquí nadie está por delante de nadie».
Fuente: La Opinión
No hay comentarios:
Publicar un comentario