
Antiviolencia propuso «multas de 3.001 euros y prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de seis meses a cuatro aficionados visitantes que, en el interior del estadio y desde una posición elevada en la grada, provocaron una grave alteración del orden al escupir a los aficionados que se encontraban en la parte baja de la misma grada en el partido Hércules-Murcia, jugado el 23 de mayo». En el mismo apartado de sanciones, «multa de 1.500 euros y prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de tres meses a un aficionado visitante que, en el interior del estadio, realizaba gestos obscenos dirigidos a los aficionados locales e hizo caso omiso a las indicaciones de los funcionarios que le instaban a que depusiera su actitud en el partido Hércules-Murcia».
Por otra parte, a tenor de las primeras cifras que se conocieron ayer desde Alicante, no parece que el desplazamiento de aficionados herculanos vaya a ser tan masivo como el que realizaron los murcianistas el pasado sábado, con más de 2.500 personas en las gradas del Rico Pérez. Según las cifras oficiales del club alicantino, ayer se habían completado siete autobuses y se habían despachado ya unas 550 localidades, aunque todavía quedan casi dos días por delante para que la cifra se pueda ver aumentada.
El club que preside Valentín Botella quiso tener una deferencia con sus socios y, a pesar de que han tenido que pagar para ver el play off, anunció que la entidad iba a fletar de forma gratuita diez autobuses para los socios, de los que cuatro se completaron ayer. Entre los cálculos que se manejan en la ciudad vecina de Alicante, la cifra de hinchas blanquiazules el sábado en la Nueva Condomina pueda rondar el millar de aficionados visitantes, lo que en el peor de los casos se podría traducir en una taquilla de unos 15.000 euros para las arcas del Real Murcia.
Fuente: La Opinión
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