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«Al partido le dábamos una importancia tremenda, porque nos permite igualar la misma puntuación a estas alturas que en la primera vuelta», destacó Aira. A partir de ahora el Real Murcia tiene por delante nueve partidos y en esta fase de la primera vuelta solo consiguió 12 puntos de los 27 disputados, por lo que «estamos en disposición de, con poco que mejoremos la puntuación, igualar la primera vuelta. Así estaríamos cerca de lograr el primer puesto o asegurar el segundo», reconoció.
La remontada del Real Murcia arrancó cuando los murcianistas entendieron lo que demandaba el partido, que al mismo tiempo, coincidió con las entradas de Víctor Ruiz y Gerard Oliva al terreno de juego. «Era un día de poner muchos balones a la espalda de la línea de cuatro del Tropezón y no quedarnos en combinaciones para que el balón se quedase corto», afirmó el técnico grana, para después destacar que con ese juego sus hombres crearon más peligro y lograron los cuatro goles en los últimos 25 minutos del encuentro.
Un césped 'extraño'
Con la victoria de ayer, el Murcia se mantiene como el mejor
visitante de la Segunda B, con diez victorias a domicilio, un empate y
solo cuatro derrotas. En este sentido, su entrenador quiso alabar a sus
futbolistas, porque «son muy competitivos y se adaptan a cualquier tipo
de circunstancia. Hoy era imposible hacer otra cosa que lo que hemos
hecho por las condiciones en las que estaba el campo», afirmó el
entrenador, sorprendido por haberse encontrado un campo embarrado, pese
a ser de césped artificial. Este hecho era calificado en el propio
vestuario grana de «inexplicable», puesto que los campos sintéticos no
llevan plantado césped en su superficie.
Esas circunstancias adversas pudieron derivar en una lesión. Aira fue precavido y, por primera vez en toda la temporada, sustituyó a Sobregrau, que sintió «una molestia en el 'isquio' que no ha llegado a ser pinchazo pero sí que lo notaba un poco agarrotado», explicó al finalizar el encuentro, al mismo tiempo que reconoció que no había querido correr riesgos con uno de sus jugadores intocables.
Carlos Álvarez, que marcó ante la presencia de sus padres, quienes recorrieron 170 kilómetros desde Oviedo para verlo, estaba feliz: «El equipo ha hecho un gran partido, no fue fácil remontar y al final ha dado la cara», reconoció el goleador de la tarde, con dos tantos.
Fuente: La Verdad
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