Deseado Flores, su sucesor Gómez Carmona (solo estuvo unos meses en el club) y Toni Hernández formaron un triángulo altamente nocivo para las arcas del club. Los despidos de jugadores con contrato en vigor fueron habituales en sus etapas, aún a sabiendas de que el Real Murcia les tendría que indemnizar. Borja Gómez, Fernando Llorente, Álex Ortíz o Biel Ribas, despedido por Toni Hernández y al que el Murcia tuvo que pagar 107.000 euros por una temporada en la que no disfrutó del jugador, son algunos de los nombres.
Operaciones sin sentido y una forma de proceder que, de no ser por Tornel y su grupo, hubiera provocado la desaparición del club.
Fuente: La Verdad
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