sábado, 10 de marzo de 2018

Pedro Contreras, despedido

«Las cosas íntimas se manejan desde dentro. No me gustan las filtraciones». Lo que parecía una frase más de las muchas que salieron de la boca de Mauricio García de la Vega en su puesta de largo ante los medios de comunicación en Nueva Condomina está llamada a ser uno de sus mandamientos de cabecera.

Desde hace algunas semanas, el representante mexicano, en conversaciones con gente de su confianza, había mostrado su malestar por las distintas informaciones negativas que estaban saliendo a la luz y que solo conocían unos pocos dentro del estadio. Si la agitación entre el personal del club por la falta de pago -especialmente por parte de los jugadores- ya era un problema, a De la Vega solo le faltaba que desde su equipo de trabajo se echara leña al fuego, y eso era lo que sentía cada día. Sus sospechas se fueron acrecentando al ver cómo se iban sucediendo las noticias durante las semanas que se ha ausentado de la ciudad para poner orden a algunos asuntos en su país. Por ello, de vuelta a Murcia, el empresario no ha dudado en actuar con mano de hierro.

El miércoles, nada más aterrizar en la ciudad, dio un puñetazo sobre la mesa al acudir al notario y ejecutar una de las cláusulas que le permitían ejercer el derecho a compra del paquete accionarial en manos de Raúl Moro. A partir de ahí, como si del 'efecto dominó' se tratase, los acontecimientos en Nueva Condomina se precipitaron. Y el primero en comprobar cómo se las gasta Mauricio García de la Vega fue Pedro Contreras.

Al murciano, que llegó al club grana de la mano de Raúl Moro y que en el año que ha estado en la entidad no ha tenido un cargo reconocido en el organigrama, no le dio tiempo ni a asimilar el cambio de papel del representante mexicano, que en un visto y no visto había pasado de gestor del club a máximo accionista.

Con todo el poder en sus manos, algo que no había tenido en sus dos meses anteriores en Murcia, De la Vega firmó la sentencia de Pedro Contreras, al que en la misma tarde del miércoles le comunicó que estaba despedido.

Mauricio García, que comenzó a trabajar en Nueva Condomina el 3 de enero, ha visto como cada día que pasaba en las oficinas del estadio grana solo servía para perder la confianza en Deseado Flores y Pedro Contreras, los dos socios de Raúl Moro que le animaron a coger las riendas del Real Murcia ante la imposibilidad del extremeño de hacer frente a los pagos a los que él mismo se había comprometido.

Aunque parecía que el albaceteño y el murciano habían apartado su camino del de Raúl Moro para sumarse al equipo del recién llegado, así lo dejaban entrever en público, donde especialmente el segundo parecía una sombra de De la Vega, con el paso de las semanas y después de que se publicasen varias informaciones que le perjudicaban, el ahora propietario del Real Murcia empezó a ver fantasmas. Si le quedaba alguna duda solo tuvo que escuchar los rumores que se han acrecentado en las últimas semanas y que indicaban que Deseado Flores estaba buscando un nuevo inversor para quitarse de en medio al sudamericano, pese a que éste último tenía firmado un contrato de cesión hasta junio de 2019.

Todas esas zancadillas podrían haber propiciado que, nada más regresar de México, el agente FIFA haya cogido el toro por los cuernos para desplazar a los colaboradores de Raúl Moro. Si Pedro Contreras era el primero en recibir la noticia; el siguiente en sentir el aliento en la cara fue Deseado Flores, que presentaba su dimisión como consejero delegado. De momento, a falta de confirmación por parte del club, parece que el albaceteño se agarra a una silla de consejero. Habrá que esperar a la junta de accionistas del 11 de abril para ver cómo queda definitivamente el consejo de administración grana.

El despido de Pedro Contreras no afectará para nada a la estructura del club, y es que en el año y dos meses que el murciano ha permanecido en la entidad, ni Raúl Moro ni Deseado Flores fueron capaces de encontrarle un puesto dentro del organigrama, y eso que desde su llegada sonó para todos los cargos.

Se habló de la posibilidad de que entrase en el consejo de administración, algo que se descartó rápido; se dijo que podía hacer las labores de gerencia, otra opción que cayó en saco roto ante su desconocimiento e inexperiencia; y se le situó con mucha fuerza al frente de los departamento de Marketing y de Comunicación, sin embargo la competencia era demasiada alta y finalmente, con el consejo del lado de los trabajadores que ocupaban esos puestos, tampoco pudo ganar la partida.

Descartado por unos y por otros se erigió como la persona encargada de agitar al murcianismo, de devolver a los aficionados a las gradas, pero ni regalando miles de entradas jornada tras jornada del curso pasado fue capaz de alcanzar los quince mil.

Fuente: La Opinión

No hay comentarios:

Publicar un comentario