lunes, 13 de noviembre de 2017

Moro saca el bisturí en la zona noble

Las aguas bajan muy revueltas en la zona noble de la Nueva Condomina. La salida de dos consejeros y la llegada de nuevos refuerzos es inminente. Es el pacto al que llegaron todos los integrantes del Consejo el pasado viernes 3 de noviembre, en una reunión imprevista provocada por el anuncio inesperado por parte de Moro de una Junta Extraordinaria para el 1 de diciembre destinada, únicamente, a fulminar a algunos consejeros.

Cabe recordar que la Junta Extraordinaria fue fijada de forma unilateral por el propio Moro y no fue fruto de un acuerdo previo del Consejo, necesario legalmente. De hecho, tres de los miembros de este se enteraron a través de 'La Verdad' de una cita que era un claro mensaje de Moro hacia algunos de sus colaboradores. El anuncio de la Junta Extraordinaria del 1 de diciembre desembocó en una caliente reunión del Consejo el mencionado día 3 que finalizó con un acuerdo destinado a poner paz.

Los señalados por Moro son Enrique López y Stefan Settels, que se marcharían del Consejo de forma voluntaria, sin necesidad de acudir a una Junta Extraordinaria que podía haber sido impugnada por estar mal convocada. La salida de ambos se hará de forma armoniosa, sin estridencias, según el acuerdo del Consejo del 3 de noviembre, que pactó una cosa más: todos los miembros del actual gobierno del club podrán viajar al Camp Nou para el choque de vuelta de la Copa del Rey que el Murcia disputará en Barcelona el próximo 29 de noviembre.

Para los consejeros salientes será un premio y el colofón a una gestión que arrancó después de que en diciembre de 2015 falleciera Jesús Samper y Martínez Abarca se hiciera cargo de la gestión de una entidad centenaria al borde del abismo. Entienden que han contribuido a que el club siga con vida. Pero lo que para unos es un premio por un trabajo desinteresado al frente del Murcia, es visto por otros consejeros como una forma de situarse en el escaparate mediático. Una muestra más de las discrepancias que existen actualmente en el palco del club grana.

Tras la marcha en los últimos meses de Manuel Gimeno, Gustavo Pomar y José Carrilero, tres de los hombres de confianza que aterrizaron en el Murcia con Raúl Moro, el órgano directivo grana cuenta con cinco miembros. Además de Moro, lo componen Miguel Martínez, Deseado Flores, Stefan Settels y Enrique López. Estos dos últimos saldrán del mismo a finales de noviembre y Raúl Moro ya trabaja en la llegada de cuatro nuevos miembros, con lo que el próximo Consejo de Administración del Murcia podría contar con siete componentes. A día de hoy, el extremeño no prevé más cambios.
El empresario ya está cerrando alguna de las futuras incorporaciones que cumplen un perfil que puede beneficiar al club grana al tratarse de profesionales reconocidos y con llegada al tejido empresarial de la Región, clave para salvar al club murciano. Moro ha manifestado en su círculo más cercanos que quiere consejeros que «sumen y se comprometan» con la entidad.

Moro, según ha podido saber 'La Verdad', siente la «deslealtad» de algunos de sus consejeros y una «profunda falta de confianza» hacia ellos. Según el extremeño, ciertos asuntos vitales para la entidad han sido trasladados fuera del ámbito del Consejo, hecho que, según Moro, ha perjudicado su gestión para salvar el club y está «atentando» contra los intereses del Murcia. Su intención es rodearse de consejeros más afines.

Y más ahora, que posee más del 80% de la entidad tras la compra del paquete accionarial de la familia Samper. Además de la falta de confianza, el presidente del Murcia considera que consejeros como Enrique López no han tenido la suficiente «implicación» y que no han acompañado al equipo en ninguno de sus desplazamientos fuera de la Región, tal y como se pactó en el arranque de este Consejo hace casi un año.

López es el consejero que más está en el punto de mira del propietario del club, una marcha que arrastrará también la de Stefan Settels, secretario del Consejo que se ha encargado de gestionar y solucionar asuntos de gran importancia en materia económica para el club y para Moro. De hecho, Moro considera a Settels un buen aliado y una víctima de la crisis abierta en la zona noble. López y Settels son dos de los tres miembros del Consejo que todavía permanecen desde la época de Martínez Abarca y ambos han decidido marcharse al mismo tiempo asegurando que se van con la cabeza alta por el deber cumplido.

La relación entre los accionistas y Moro comenzó a torcerse el pasado verano, cuando la Asociación de Accionistas Minoritarios, a la que pertenecían López y Settels, pidió explicaciones al extremeño sobre su gestión al frente del club y también con Hacienda. La carta, firmada por Pablo Baeza, socio de López y Settels, provocó la ruptura de las relaciones entre el club grana y la propia AAMRM. López y Settels, para seguir en el club, renunciaron a formar parte de una organización que nació años atrás para vigilar la gestión de Jesús Samper y que Moro ha fijado en su punto de mira. El extremeño, una vez fallecido Samper, no entiende el porqué de su existencia.

Una parte del Consejo pidió quitar poder a Deseado
Dentro del Consejo hay diferencias de criterio que parecen irreconciliables. De hecho, a través de una petición de Enrique López y Stefan Settels se sometió a votación el pasado viernes 3 de noviembre retirar parte de los poderes que ostenta Deseado Flores, consejero delegado del club grana y director deportivo. Un petición arriesgada.Los nefastos resultados, la destitución de Sanlúcar (escogido por el propio Deseado) y la mala marcha del equipo diseñado por el manchego fueron los motivos. Pero Enrique López y Stefan Settels no encontraron el apoyo de ningún consejero más y su petición fue desestimada en la votación. Esto ha hecho la brecha más grande entre los consejeros.

Fuente: La Verdad

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