martes, 10 de marzo de 2015

El Murcia de Aira aprueba una nueva asignatura en su casa

La contundente victoria del domingo en Nueva Condomina contra el Zamora permite que el Real Murcia que dirige José Manuel Aira apruebe una nueva asignatura ante sus aficionados, la de no hacerlos sufrir hasta el último minuto, tal y como estaba ocurriendo en el coliseo grana prácticamente desde el arranque liguero. Teniendo en cuenta que faltan diez jornadas para que llegue una fase de ascenso en la que todos esperan al conjunto grana como candidato al premio final, la afición no podía recibir mejor noticia que la de ver a su equipo dominar de principio a fin a un adversario sobre el césped como locales.

Además, si este Murcia sigue cotizando al alza durante las siguientes semanas, el choque de dentro de un mes ante el líder Oviedo en la capital del Segura puede ser la única oportunidad de los murcianistas de alcanzar un liderato que aporta muchas ventajas con vistas a un hipotético ascenso.

Si encima la victoria frente al Zamora llegó después de dos partidos que generaron mucha incertidumbre en casa, como fueron la derrota ante el Coruxo (0-1) y el sufrido triunfo contra el Langreo (2-1), unido a que el estadio murciano registró el domingo un leve aumento de espectadores respecto a las últimas semanas, no dejan de ser más indicadores de que la plantilla murciana marcha por el buen camino después de haber pasado ya su particular bache de resultados en el que no acompañaron ni los marcadores ni la fortuna en muchos de los casos.

El próximo mes de competición para los granas tiene además un aliciente añadido, aunque hay que realizar largos desplazamientos para enfrentarse al Tropezón y al Somozas, recibiendo entre medias al Compostela de Iñaki Alonso en la jornada 30, pero que todo desembocará en el otro gran partido del curso con la llegada del Oviedo a Nueva Condomina. Los asturianos tienen mucho más presupuesto que los murcianos pero los números de cada uno ponen de relieve que un triunfo grana puede ser la única manera, ahora sí, de poner nervioso a un rival al que todavía se le puede discutir la primera plaza, un puesto de privilegio que permite a su dueño jugarse el ascenso a Segunda en una sola eliminatoria, sin verse abocado a una fase de ascenso demasiado larga para esta categoría.

La sensación de superioridad ante el Zamora en todos los aspectos del juego fue tan grande, que ni después de fallar Javi Flores un penalti, se notó el más mínimo síntoma de preocupación por parte de los aficionados. Fueron la buena disposición sobre el campo y un mejor tono físico algunos de los motivos que llevaron al público murcianista a no tener que pasar un calvario durante los últimos minutos, ya que ocurrió todo lo contrario. Con el 2-0 en el marcador y el Murcia empujando contra la portería rival, fue la primera vez en lo que llevamos de temporada en la que los aficionados se comenzaron a divertir viendo buen juego y, lo más importante, ganas de seguir marcando para dejar claro que nadie dentro del vestuario quiere conformarse con lo visto hasta el momento.

La derrota ante el Coruxo de hace tres jornadas tuvo al menos un efecto de reacción por parte de una plantilla que no ha vuelto a meter la pata desde entonces. Son muchos los rivales que han llegado a la capital del Segura apelando a la presunta fragilidad de los murcianistas en su estadio, aunque los que vieron la victoria sobre el Zamora comprobaron que es uno de los pocos equipos que no llegó a encerrarse al coliseo grana y encima se encontró con una versión muy sólida de los pupilos de Aira. Lo normal es que el resto de adversarios que pisen Murcia hagan lo de siempre, esperar encerrados para que los granas comiencen a ponerse nerviosos. De todos modos parece que este equipo está adquiriendo templanza.

Fuente: La Opinión

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