Aquel Murcia arrancó con victoria en Sevilla, ganó al Roquetas en la Nueva Condomina y empató en el Carranza, en un partido que acabó con bronca en los vestuarios protagonizada por Sergio Fernández, entonces director deportivo grana, y un periodista local. Después ganó al Jaén, Alcalá, Melilla, Almería y Estepona, pero se dejó dos puntos en La Constitución de Yecla, en un partido que pasó a la historia grana por los incidentes que protagonizaron algunos aficionados del Real Murcia en las inmediaciones del estadio yeclano.
El equipo grana acabó ascendiendo a Segunda División tras acabar la liga regular en primera posición y tumbar al Lugo en una eliminatoria entre campeones de grupo que concedía el ascenso directo de categoría.
Las rachas de ambos son meritorias, aunque están lejos de la que consiguió en Segunda B el Murcia de Vicente Carlos Campillo en 1993. Meses antes el Murcia había sido descendido por no convertirse en sociedad anónima deportiva. En una temporada muy convulsa, el técnico santomerano enderezó la trayectoria de un equipo que pasó de deambular por mitad de la tabla a meterse en 'playoff' y subir a Segunda.
Ese año, por la presidencia pasaron tres dirigentes: José Luis Molina, José Moreno Jiménez y José Luis Ortín. En el banquillo arrancó la campaña Joaquín Peiró pero lo sustituyó Campillo.
La segunda vuelta del Murcia fue brillante, con siete victorias consecutivas que lo encaramaron al 'playoff'. Ganó al Nástic, Hospitalet, Torrevieja, Cartagena, Orihuela, Levante y Valencia B al final de la liga regular, mientras que en el arranque del 'playoff' sus víctimas fueron el emergente Getafe y el Granada, en dos ocasiones, todos de forma consecutiva. Diez victorias seguidas difíciles de repetir. El Murcia de Campillo obtuvo el ascenso el 20 de junio de 1993 tras ganar al Baracaldo en La Condomina.
Fuente: La Verdad
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