Ortuño: «¿A qué murciano no le gustaría jugar en el Real Murcia?»

A Alfredo Ortuño (Yecla, 22 años) nunca le había dado una oportunidad un equipo de su tierra. Perteneció a las bases del Albacete, al filial del Getafe y al del Levante y solo ha jugado en la Región de Murcia cuando el director deportivo de La Hoya Lorca, Molina, le dio la oportunidad. Cuando llegó a la pedanía lorquina no se podía imaginar los éxitos que esta temporada le está deparando. 

Es delantero, ha marcado cinco goles y son varios los equipos que lo están siguiendo de cara a reforzar sus delanteras la próxima temporada. Tiene solo 22 años, gana mil euros y ocupa un puesto súper cotizado en el que encontrar a jugadores de calidad resulta prohibitivo para la mayoría de clubes.

Entre los equipo que están siguiendo su trayectoria está el Real Murcia. José Luis Molina, coordinador deportivo, ha ido a Lorca para verlo en directo en varias ocasiones. Además, su interés por Ortuño es mayor, ya que coincidió con el delantero cuando el actual director deportivo grana era el coordinador de las bases del Albacete.

Para Ortuño, que lleva tres temporadas en Segunda B, poder llegar al fútbol profesional sería un sueño. Jugar en Primera o Segunda División es el objetivo de cualquier jugador joven y con futuro. «Hay que ir poco a poco, pero como a todos los futbolistas, me gustaría ir mejorando temporada tras temporada y poder ir subiendo categorías», dice el futbolista.

Vive en Lorca, pero todas las semanas se desplaza a Yecla para ver a su familia. Desde pequeño ha seguido al Real Murcia y jugar en el club grana sería un sueño para Ortuño. «¿A qué jugador, siendo murciano, no le gustaría jugar en el Murcia? Claro que me gustaría. Desde pequeño, con mi padre, siempre hemos tenido muy presente al club», asegura.

Pero, por ahora, sigue centrado en el Brócoli Mecánico, un equipo que está dando muchos éxitos a un club de poco más de diez años de vida, que sigue trabajando desde la modestia y que se ha instalado en la parte alta del grupo IV de Segunda División B.

Fuente: La Verdad