domingo, 4 de agosto de 2013

Eddy, ante la hora de despegar

La plantilla del Real Murcia sigue acumulando minutos de esfuerzo y dedicación con un único objetivo: llegar a la primera jornada de Liga en Segunda División en plenitud de condiciones. De momento son cinco Tete, Pedro Alcalá, Truyols, Casto e Iván Moreno los futbolistas que se han sumado a un proyecto que ha rescatado a tres de los hombres Daniel Toribio, Mauro dos Santos y Saúl Berjón que vistieron la camiseta grana el pasado curso. En el vestuario también continúa uno de los últimos exponentes de la cantera grana.

Se trata de Eddy Silvestre Pascual Israfilov, cuyo caso es digno de mención. Este centrocampista nacido en Roquetas de Mar hace 21 años tiene ante sí la oportunidad de dar el paso al frente que se le presupone por sus atributos futbolísticos. Su evolución en las tres campañas anteriores, que le valió para debutar en el primer equipo con apenas 19 años de edad, aún aparece como inmejorable carta de presentación. Pero todavía queda lo más difícil, quitarse de encima el cartel de 'promesa' para destaparse como una auténtica realidad.

De momento, se ha ganado la confianza de Julio Velázquez en lo que va de pretemporada. El técnico salmantino no ha dudado en incluirle en el once inicial en los cuatro amistosos Orihuela, Albacete, Xátiva y Almería que ha disputado el equipo en periodo estival. Un dato que invita a pensar en que la cuota de protagonismo del espigado mediocentro murcianista puede crecer, y mucho, una vez que el balón comience a rodar en competición oficial.

En el camino se han quedado, al menos a simple vista, los fantasmas que le han perseguido desde su irrupción en la primera plantilla, allá por la campaña 2010-2011. Por entonces, el cuadro de la capital del Segura militaba en Segunda B e Iñaki Alonso le dio la alternativa cuando destacaba en División de Honor juvenil.

Los problemas se multiplicaron dos cursos después, ya con el Real Murcia en Segunda División. Ni la confianza que le otorgó Gustavo Siviero debutó en la categoría sustituyendo a Kike García en el choque de la segunda jornada frente al Sporting en El Molinón, ni sus entradas en escena en diversos lances de la temporada pasada, ni la renovación de su contrato hasta el año 2018... Ninguno de estos factores impidió que Eddy se viera atrapado en una espiral que acabó afectando, y mucho, a su rendimiento en la primera plantilla.

Tampoco ayudó demasiado la amistad que entabló con dos de los teóricos pesos pesados del vestuario: Mehdi Nafti y Paco Sutil. Con el andaluz, y ante la pasividad del Chuti Molina, estuvo viviendo durante un tiempo pese a no ser, precisamente, la opción más recomendable para alguien que todavía tiene mucho que demostrar en el fútbol. Prueba de ello es el hecho de que el canterano que llegó a disputar 670 minutos, incluyendo 7 encuentros como titular en los que vio dos tarjetas amarillas y fue expulsado en un par de ocasiones acabó perdiendo protagonismo hasta verse relegado de nuevo al filial de Tercera División.

Las aguas vuelven a su cauce
Desde algunos sectores del club se confía en que, una vez lejos de determinadas influencias, aflore la mejor versión de un futbolista en el que se tienen depositadas muchas esperanzas. Y por lo visto en las primeras semanas de trabajo veraniego, el 'nuevo' Eddy ya ha empezado a mostrar parte de lo que lleva dentro. Pese a que la pretemporada todavía está en marcha, su transformación parece haberse convertido en toda una realidad.

Fuente: La Opinión

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