domingo, 2 de diciembre de 2012

El emotivo recibimiento del Martín Carpena a Berni Rodríguez

Lo hizo mil veces con la camiseta verde puesta y ayer con la del Murcia. Berni Rodríguez volvió a poner en pie al Palacio de los Deportes. La afición del Unicaja y el escolta malagueño protagonizaron uno de los momentos más emotivos y conmovedores que se recuerdan. Jugador y público se fundieron en un abrazo ficticio pero real al comienzo y al final del partido. Quería saber Berni si Málaga valoraba lo que había dado por el Unicaja y ya conoce la respuesta.

La imagen del Palacio de los Deportes coreando su nombre al comienzo del choque y el jugador en la pista agradeciendo el reconocimiento con la mano puesta en el corazón forman ya parte de la historia del club de Los Guindos. Aunque el protagonista llevase ayer la camiseta del Murcia, está claro que su corazón sigue siendo verde. Y si emotivo fue el comienzo, el final fue lacrimógeno, cuando fue sustituido, y el público volvió a corear su nombre y, puesto en pie, lo reverenciaba con los brazos. Aguantó como pudo sentado en el banquillo con los ojos empapados de lágrimas.

«Ha sido increíble. Si intento explicarlo con palabras, posiblemente lo estropearé. La presentación y el final fue... Me temblaban las piernas. Ha sido una semana difícil e incluso tres meses difíciles, porque estaba esperando que llegase este momento y ha superado con creces mis expectativas. Ha sido muy bonito. En realidad han sido bonitos los catorce años, pero todo se ha resumido en dos minutos», explicaba tras el partido Berni Rodríguez.

«Tenía claro que este momento iba a llegar. Me he intentado preparar, pero mentalmente es muy difícil. Cuando llegas aquí, todo es complicado, aunque intentes aislarte. Son muchos sentimientos encontrados y es complicado explicarlo, pero después de tantos años aquí ver que la gente te quiere tanto es emocionante», destacó. Preguntado por el recibimiento que tuvieron otros jugadores, el escolta destacó que la afición de Málaga siempre respeta a los exjugadores. «Llevo dos meses metiendo las lágrimas para dentro», reconoció.

No fue un día fácil para Berni Rodríguez, que rompió su rutina habitual cuando jugaba en el Unicaja. No salió el primero a calentar como acostumbraba y cuando lo hizo lo acompañaron Zoric y Jiménez, dos de los mejores amigos que tiene en el vestuario cajista. El malagueño tuvo un detalle con Laura, la hija del director deportivo, Manolo Rubia, a la que trajo una camiseta con su nombre y el dorsal 41 a la espalda.


Fuente: Diario Sur

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