Iñaki Alonso es el nuevo símbolo de la modernidad en el Real Murcia. Después del varapalo del descenso a Segunda B, los dueños del club grana buscaron un nuevo modelo de gestión y encontraron en el entrenador vasco al referente capaz de liderarlo. Joven, ambicioso, universitario y con un futuro prometedor, ya ha puesto sobre la mesa el fulminante ascenso a Segunda División. Alonso ha cumplido setenta partidos en el banquillo grana con la espina clavada de no haber podido engancharse a los primeros puestos de la tabla. Su sueño, llegar a los cien partidos más cerca de Primera División.-¿Qué queda del entrenador que salió de Durango por primera vez en su carrera para entrenar a un club histórico?
-Soy la misma persona, pero mejor entrenador que cuando vine.
-¿Y qué le debe al Real Murcia?
-Uff... tantas cosas. El Real Murcia me dio mucho cuando me fichó y yo también he intentado corresponderle y darlo todo para devolverlo a Segunda División. Creo que ahora estamos en un momento de equilibrio. Se ha abierto una nueva etapa, la de la confianza. Es muy importante que el club y el murcianismo confíen en mí y yo en ellos, porque con un poco de paciencia lo mejor está por venir.
- Juan Antonio Samper ya ha anunciado que el proyecto de la próxima temporada será para ascender, es la primera vez que se le presenta una oportunidad así, ¿le motiva?
-Claro, cómo no. Tener un proyecto de ascenso es la ilusión de cualquier entrenador. Pero yo sigo pensando en esta temporada. Necesitamos cuatro o cinco victorias más para cumplir el primer objetivo.
-¿Hay un segundo objetivo?
-Pues claro, a estas alturas no vamos a renunciar a nada. Si somos séptimos mejor que quedar octavos, y si somos sextos, mejor que séptimos.
-¿Está hablando de luchar por el ascenso?
-Hablo de dar lo máximo de nosotros mismos. Esa es nuestra obligación. Luego ya veremos dónde nos lleva el camino. Hay dos vías hacia Primera División. Una es la del Granada, basada en un gran respaldo económico que está muy bien gestionado por Quique Pina. Otra es la del Celta o Elche. Son equipos cuyos proyectos están hechos a dos o tres años vista. Ahora están recogiendo los frutos. El ascenso del Real Murcia se debe cimentar en la paciencia de la afición y del club, pero en el vestuario hay que ir a por todas desde el primer minuto de la primera temporada.
-¿ Le queda algo de fe en la posibilidad de que que antes de que finalice la temporada podamos ver el verdadero potencial de esta plantilla?
-A todos nos ha dado mucha rabia que a estas alturas de la competición no hayamos podido estar todos listos y al máximo nivel a la vez. Competir los veintitrés jugadores al mismo tiempo y en los mismos partidos. Cuando han estado bien unos no estaban los otros. Qué le vamos a hacer. La temporada ha venido así y hay que aceptarla, asumirlo y aprender a superar los malos momentos.
-¿Cuántas horas le dedica al fútbol cada día?
-Muchas, muchísimas. Pero es muy grande el sacrificio que he hecho por estar aquí, dejando a mi familia, mi casa, mis amigos y mi ciudad y también es muy grande esta oportunidad como para no darlo todo. No me perdonaría no estar centrado al cien por cien en sacar el máximo rendimiento al equipo. Hay días que comienzas a trabajar a las ocho de la mañana y después de entrenar, preparar vídeos y ver al rival se te hacen las ocho de la noche centrado en el fútbol.
-¿Qué hace cuando no se dedica al fútbol?
-Fundamentalmente deporte, aunque imagino que no todo el que debería porque de lo contrario estaría más delgado (risas). La verdad es que paso todo el día volcado en el mismo tema, mi trabajo como ingeniero ha quedado ya muy lejos en el tiempo.
-Y cuando escucha que su equipo no juega bien, ¿cómo le sienta?
- Buaggg... me duele muchísimo.
-Pero no juega bien, ¿verdad?
-Bueno, es que hay muchas maneras de ver el fútbol y de definir el juego. Está la del Barcelona, que es la que se ha puesto ahora de moda, un fútbol combinativo y de mucho toque. Y luego está la del Real Madrid, más directa y rápida. Pues resulta que la del Madrid le saca diez puntos a la del equipo estrella.
-¿Y cuál de esas es el Murcia?
-El fútbol que me gusta es una mezcla de fútbol combinativo y fútbol rápido. Siempre he intentado inculcarlo en mis equipos. Si he venido al Real Murcia desde el Real Unión no fue precisamente porque mis equipos jugaran al patadón. Esta temporada el Real Murcia, por lo que sea, ha encontrado un estilo de juego fuera de casa que es la envidia de un montón de clubes. Pero sí es cierto que ahora tenemos que hacer un gran esfuerzo porque tenemos que encontrar la regularidad y la identidad en la Nueva Condomina.
-¿Se puede jugar bien al fútbol en Segunda División?
-Yo creo que sí, pero hay que ser realistas. En el primer partido de Liga llegó el Celta, jugó replegado y gano 1-3. Contra Alcorcón y Recreativo más de lo mismo. Tres partidos en los que el Murcia tuvo más posesión y el resultado fue desastroso. Contra el Deportivo jugamos un partidazo, lo mismo que la primera hora contra el Córdoba. Hemos jugado bien y a veces nos ha costado la derrota. Si te vas dando tortazos, si pierdes por intentar llevar tú la manija del juego y ser valiente, buscas alternativas y entonces pierdes la línea clara de estilo y eres más irregular.
-Conclusión: hay que ganar sea como sea.
-La conclusión es que cuando no ganas hay que cambiar cosas para obtener los resultados, nos volvemos más prácticos y resultadistas como el 80% de equipos de esta categoría. Solo se salva el Barcelona B, el Córdoba y Las Palmas.
-¿Son las derrotas en la Nueva Condomina lo que peor lleva esta temporada?
-Esta temporada está siendo dura y es doloroso ver cómo pierdes en casa. Mis equipos siempre han sido muy seguros como locales, así que he pasado horas pensando en esto, trabajando para buscar soluciones. Los fichajes llegaron tarde, hay muchas lesiones, hemos estado dos veces a punto de engancharnos con los de arriba de verdad y al final se nos escapó el tren. Unas veces las cosas han funcionado y otras no, pero no han faltado ganas y compromiso. Yo nunca había perdido tantos partidos como local, y aunque lo que voy a decir va a sonar a Mourinho, a mí se me dan mejor las segundas temporadas. Me ha pasado en el Berriz, en el Eibar y en el Real Unión de Irún.
-Dígame con qué se queda de estos setenta partidos.
-Con lo que sentí cuando escuché el pitido final del árbitro en Lugo. Cuando recibimos el gol vi que podíamos perderlo todo. Todo el trabajo de una temporada, el ascenso. Vi a jugadores descompuestos y en un segundo todo se solucionó.
-¿Y qué ha aprendido de esta temporada?
-Como ya he dicho ha sido dura por muchos motivos. Empezamos con cuatro derrotas, tuvimos que sobreponernos, llegaron las lesiones, pasamos diez partidos sin perder, luego otra vez las derrotas... Al final esta temporada me ha enseñado a gestionar las adversidades, a venirte arriba cuando no salen las cosas y a confiar en el entorno. Toda adversidad se gestiona desde la unión y en el fútbol es la afición, el equipo y los medios todos en una misma dirección. Soy el entrenador y no puedo venirme abajo, tengo que buscar el lado positivo e intentar transmitirlo. Al final, superar todas estas cosas me hace mejor entrenador a mí y que el proyecto del club sea más sólido.
-¿Se ha sentido apoyado?
-El entrenador, en general, tiene muchos momentos de soledad. Por suerte, yo tengo un buen equipo que me arropa. Pero sí, al final la responsabilidad es tuya. Con los malos momentos he conocido verdaderamente a las personas, a directivos, jugadores y afición. Te das cuenta de verdad quién te quiere y confía en ti y quién cuando te pasaba la mano lo hacía de verdad y quién era falso... Así es la vida del entrenador.
-¿Cuál ha sido su peor momento?
-El inicio de la temporada, cuando apenas teníamos a los jugadores en forma y además tuvimos lesiones. Pero me he dado cuentade que este equipo, sus jugadores, sus técnicos y sus dueños tiene un carácter ganador. Este es un proyecto a dos años y creo que puede ser muy bonito.
-¿Para optar al ascenso hay que cambiar mucho al equipo?
-Hay que mejorar la plantilla, pero la experiencia me dice que sin volverse loco. Hay una base y tenemos que hacer fichajes que den un salto diferencial, fichajes de talento y calidad. Que el objetivo de la próxima temporada sea el ascenso es algo muy ilusionante para todos, para el club y para la ciudad, pero eso luego hay que plasmarlo en la realidad del presupuesto.
-¿Un deseo para el futuro?
-Cumplir cien partidos en este club, más cerca de Primera División, y que al final se cumpla el objetivo de un ascenso porque esta ciudad y esta afición se merecen estar en lo más alto, pero no de manera fugaz. Se merecen un proyecto serio, que tenga vocación de permanencia y que pueda consolidarse en lo más alto del fútbol español.
Fuente: La Verdad
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