Juan Aguilera se ha pasado la vida soñando con jugar en Segunda División. El sueño se hizo realidad el pasado mes de junio con el ascenso del Real Murcia, pero el fútbol lo ha devuelto a la realidad. Ahora vive en el banquillo. Ha cambiado el césped por una butaca desde la que espera su oportunidad.Está a la sombra de Manuel Iturra. Y aunque ha jugado ya muchos partidos porque el chileno llegó tarde al equipo y porque suele recibir muchas sanciones, ya no es el titular indiscutible del ascenso, ya casi nunca lo entrevistan y ha perdido una gran parte del protagonismo que tenía en Segunda B. Pero Aguilera no se sorprende de nada: «El banquillo es una lección de humildad. Te enseña mucho. Quien sabe aceptar que a veces eres titular y otras veces te toca esperar termina siendo mejor futbolista, sale más fortalecido mentalmente», asegura el medio centro.
Esta semana vive pendiente de la lesión de Manuel Iturra. Aún nadie sabe si podrá jugar tras sufrir el pasado martes un esguince en la rodilla. El jugador chileno no entrenó ayer y hoy se probará. Según los resultados volverá a hacer pruebas el sábado por la mañana, antes del partido contra el Alcoyano, o bien descansará hasta después de la semana de vacaciones.
Aguilera no se pone nervioso ni se altera. Es uno de esos jugadores tranquilos, que siempre mantienen las formas, que nunca pierden los nervios y que sabe esperar pacientemente a que el fútbol dé la vuelta a la situación: «La Liga es tan larga que seguro que habrá oportunidades para todos».
La suya ya ha llegado en varias ocasiones y siempre ha cumplido como el que más. Jugó los primeros partidos de competición, cuando el equipo aún estaba por hacer, y sustituyó a Iturra en Huelva y en Alicante contra el Hércules, donde se consiguieron dos victorias. Salir a jugar contar el Alcoyano, en el último partido del año, y con la obligación de ganar, no es ningún compromiso a pesar de no tener ritmo de partidos ni continuidad. «A mi ya me conocen todos», comenta el futbolista, «saben lo que puedo dar y lo que no, no es cuestión de demostrar nada».
No le hace falta porque lleva ya cuatro años en el Real Murcia. Es un canterano un poco atípico, pero al fin y al cabo canterano. El Real Murcia lo fichó con 22 años, una edad muy avanzada para llegar a un filial, pero Aguilera no desaprovechó su oportunidad. Llegó procedente del Leganés para jugar con el Imperial en Segunda B.
Debutó con el primer equipo la temporada del descenso a Segunda B. José González le dio la oportunidad en Segunda y se quedó para siempre. Tras ser el titular en el pivote defensivo la pasada campaña, ha perdido su puesto fijo. La explicación es muy fácil. Juan Aguilera pasa de excusas y justificaciones: «Sabía que al llegar a Segunda la competencia iba a ser mayor, que llegarían fichajes de mucha calidad para reforzar el equipo». Y solo tiene buenas palabras para Iturra, «es un gran jugador, tiene mucha personalidad en el campo y para ser medio centro es muy rápido, imprime mucho carácter al equipo».
Iturra es la competencia más dura pero a Aguilera no le ha faltado aplomo ni calidad para jugar en su posición cada vez que el entrenador lo ha requerido. Una semana más, si Iñaki Alonso lo saca al césped de inicio, volverá a formar parte del centro del campo que ya ascendió de categoría la pasada campaña con Richi acompañándolo en el pivote ofensivo.
De eso hace pocos meses pero muchas cosas han cambiado. Entre jugar en Segunda B y hacerlo en Segunda no hay muchas diferencias en el juego. Para Aguilera, una de las principales está en los estadios en los que se juega. Atrás han quedado los campos pequeños, casi sin gradas, o los terrenos de juego de césped artificial.
Pero hay más diferencias. «Los jugadores de Segunda División son más profesionales, en el juego no he notado mucha diferencia, no se juega mucho más en esta categoría, pero sí es cierto que los futbolistas tienen más calidad y físicamente están más fuertes», explica.
Es una categoría nueva, más elevada, más profesional, pero Aguilera recuerda como la mejor temporada de su carrera deportiva la pasada porque «conseguir ese ascenso es lo más bonito que me ha pasado desde que comencé a jugar. Había que salir de Segunda B sí o sí y aunque ahora parece fácil, no lo fue, nos costó mucho».
Llegado ya a Segunda hay un jugador que le ha sorprendido por encima de los demás. «A las dos semanas de que llegara y se pusiera a entrenar con el resto del equipo ya se vio que Paco Sutil es un futbolista que está muy por encima de la media, que es un gran jugador, que tiene una calidad impresionante. Los aficionados aún no lo han podido ver porque ha estado lesionado mucho tiempo, pero los que trabajamos a diario con él no necesitamos mucho tiempo para darnos cuenta de su gran nivel».
Aunque Aguilera no se queja, aunque asume que tiene que esperar su oportunidad a pesar de que lo ha hecho bien cada vez que ha jugado, y aunque siempre transmite paciencia y mucha confianza, reconoce que «cuando te toca el banquillo para mi y para todos los jugadores llegan momentos difíciles. Ahí es cuando hay que tener la fortaleza mental suficiente para entrenar aún mejor, para estar centrado y motivado, preparado para que cuando te llegue la oportunidad puedas dar la talla y aprovecharla. No vamos a negar que a todos los futbolistas nos gusta jugar. Cuando lo haces y además das un buen nivel eres más feliz. Cuando no te ponen te falta algo, te falta tener minutos y al final pierdes alegría. Pasas a un segundo plano. Es normal. El fútbol tiene estas cosas. Pero al final te haces mucho más fuerte».
Fuente: La Verdad
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