2011, un año gris para Chando

Cuando dentro de dieciséis días concluya el año 2011, lo normal es que todos los jugadores del Real Murcia realicen un balance personal sobre el final de la pasada temporada y el primer tramo de la nueva competición. En este sentido Chando, el máximo goleador del equipo durante las dos últimas campañas, sólo tendrá como aspectos realmente positivos dos cuestiones. Una el brillante ascenso a Segunda con la elástica grana después de una campaña en la que anotó al final dieciocho tantos y otra la renovación por tres años que firmó en febrero de este año después de que Quique Pina inciara un flirteo con el jugador para llevárselo al Granada. Ahora bien, uno de los futbolistas mejor pagados de la plantilla va a cerrar el 2011 sin ver puerta en Segunda División y con un pobre balance de ocho goles en 30 partidos, lo que supone una media de un gol cada 309 minutos.

Encima por si fuera poco Chando se ha encontrado en el regreso a la categoría de plata con dos lesiones que han rebajado sus prestaciones de forma considerable. La primera fue la peor de todas porque se produjo justo antes de la primera jornada. Fue una micro rotura muscular, la misma lesión que volvió a sufrir en el encuentro ante el Guadalajara del pasado domingo, pero que lo mantuvo al final siete jornadas fuera del equipo, con todo lo que esto supone. De hecho, el atacante es el único delantero de la actual plantilla que no ha visto puerta en el regreso a Segunda por ahora, ya que tanto Kike García, El Ruso y Borja Bastón sí que han mojado. Marcó en casa de Sabadell un tanto que ha dado para muchos comentarios y quejas, pero la realidad es que fue anulado por fuera de juego.

Su última lesión lo va a obligar a tener que parar hasta que se reanude la competición en enero, asumiendo que se pierde por descontado el choque del sábado contra el Alcoyano en Nueva Condomina. Chando es un jugador que ha contado desde el primer momento con el apoyo de los aficionados murcianistas y desde las gradas del estadio ya saben que se trata de un jugador que necesita más continuidad que otros para conectarse.

Aterrizó en la capital del Segura como el último refuerzo de la temporada 2009-2010 para militar en Segunda División procedente del filial del Villarreal tras haber pasado por filiales de distintos equipos que actualmente militan en Primera como el Betis y el Mallorca y siendo conocido en la Región por su temporada defendiendo los colores del desaparecido Lorca Deportiva. Terminó la temporada con quince goles en su cuenta particular, aunque sus tantos no sirvieron para tapar las carencias de un equipo que dio con los huesos en la realidad de la Segunda B. Chando fue de los que decidió quedarse, asumiendo que el Murcia iba a realizar un gran esfuerzo económico para mantenerlo en sus filas por considerarlo un jugador importante. La renovación que le planteó en su momento Sergio Fernández, el actual director deportivo del Hércules, fue lo suficientemente buena para que terminara por descartar la opción de recalar en la ciudad de La Alhambra. En la categoría de bronce sólo se perdió dos partidos y sus dieciocho goles también contribuyeron de forma importante al ascenso, teniendo en cuenta que fue uno de los jugadores ´intocables, ya que disputó un total de 1.666 minutos jugándolo prácticamente todo.

Para Iñaki Alonso, el entrenador que ha devuelto al equipo a la Segunda División, Chando casi siempre es la primera opción y su nueva lesión supone un contratiempo para el preparador, quien no obstante cuenta con el Ruso García y con Bastón para tratar de hincarle el diente al Alcoyano. Para cuando se reanude la competición después de las Navidades, el entrenador también podrá contar ya con otro delantero. El canterano Kike García, quien finalmente pasó por el quirófano para olvidarse por completo de una lesión, ya tiene el alta médica y sus sensaciones en el arranque liguero fueron muy positivas.

En cualquier caso, que la mayoría de los goles del equipo hayan llegado gracias a defensas y centrocampistas no sólo debe obligar a mejorar a Chando, ya que sus ´colegas´ de ataque también tienen que dar un paso al frente.

Fuente: La Opinión