Miso era un jugador sin apenas caché en la máxima competición hasta que abandonó el Estudiantes para trasladarse a Fuenlabrada. Fue en el próximo rival del UCAM y a las órdenes de Luis Casimiro donde firmó su mejor temporada de su vida, la 2006-2007, siendo el cuarto anotador nacional (12.1 puntos, 2.3 rebotes, 2.1 asistencias y 11.6 de valoración en 28 minutos de media por partido).
Llamó la atención de varios clubes poderosos de la categoría, pero fue el Cajasol Sevilla el que se hizo con su traspaso –aún le quedaba un año de contrato–. Sin embargo, en la capital andaluza alternó períodos de brillantes actuaciones con otros en los que contó menos, decidiendo poner rumbo a Zaragoza, desde donde llegó el pasado verano a Murcia.
Luis Guil era el jefe de la cantera del Fuenlabrada hasta que en la temporada 2008/2009 el club apostó por él para conducir el equipo en la ACB. Pidió una excelencia en su puesto como director de una sucursal de Cajamadrid y se convirtió en el conductor de la nave fuenlabreña. El técnico sevillano cumplió el objetivo de la permanencia y a punto estuvo de clasificar a su equipo para los play off por el título –acabó empatado a 15 victorias con el Bilbao, que fue el octavo–.
El inicio del siguiente ejercicio (2009-2010) fue espectacular. Un balance de cuatro victorias y ninguna derrota aupó a los madrileños a compartir el liderato con al Real Madrid y el Caja Laboral. Sin embargo, los egos de varios jugadores de aquella plantilla acabaron con la fórmula del éxito.
El escolta Gerald Fitch pasó de ser el mejor jugador de la ACB a no ver aro; el pívot Esteban Batista se borró en varios partidos; y Chris Thomas, el base que había llegado procedente del entonces Polaris World, dejó de hacer jugar a sus compañeros.
El Fuenlabrada, por culpa de los problemas de vestuario, pasó en apenas un mes y medio de compartir el liderato a hundirse en la clasificación. Fue el final de Guil en el club madrileño, siendo destituido en los primeros días de diciembre. De esa forma se acabó su etapa, emprendiendo unos meses después la que ahora mismo vive en Murcia.
Con un balance de 2 victorias y 3 derrotas, tampoco está el Fuenlabrada para tirar cohetes. El conjunto que ahora dirige Porfirio Fisac, al igual que le ha ocurrido al UCAM, ha tenido un difícil calendario inicial. Ganó al Estudiantes en casa y al Joventut a domicilio. Lo positivo para ellos es que entre los tres rivales que le han derrotado se encuentran el Barcelona y el Real Madrid, a los que ya no verá, por tanto, hasta la segunda vuelta.
Fuente: La Opinión
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