viernes, 29 de julio de 2011

Juanma: «El mejor recuerdo que tengo es haber debutado con el Real Murcia»

Juanma Valero es patrimonio grana. A sus espaldas y con la elástica grana 'soporta' 283 partidos y cuenta en su palmarés con cuatro ascensos. Si a estos datos se le suma que se formó en las categorías inferiores del Real Murcia y siempre que vistió de grana portó el brazalete de capitán, se obtiene lo que debe ser un jugador franquicia, un icono ligado a una camiseta, a unos colores, a una grada. Un Munitis, un Arconada, un Raúl, un Alexanco o un Xavi en el Barça. Juanma tuvo la mala suerte de cruzarse a Lucas Alcaraz y a Clemente. El lateral derecho, humilde e introvertido, se buscó la vida en Alicante y Orihuela, tras denunciar al Murcia por maltrato laboral.

-¿Qué siente uno al retirarse?
-Hace poco tiempo que lo he hecho y tengo sensaciones contradictorias. Cuando pase el tiempo lo iré sintiendo más en el día a día.

-Y cuando mira atrás, ¿qué ve?
-Veo un chaval que de pequeño iba a La Condomina y que quería jugar en el Real Murcia. Y que tuvo la suerte de cumplir su sueño. También hay mucha gente que conoces, amigos, buenos recuerdos. Después de una trayectoria hay muchas vivencias y creo que mi bagaje es muy positivo.

-¿Qué le deja el fútbol?

-Sensaciones únicas que estoy seguro que por muy feliz que sea en el resto de cosas que yo pueda hacer, no volveré a sentir. Es difícil vivir eso en otra profesión. Son sensaciones muy cortas y especiales.

-¿Se va sintiendo millonario?
-No. Es cierto que con el fútbol se gana dinero pero son pocos los que se pueden dedicar a vivir de las rentas. Yo, aunque fuera millonario, tras retirarme tampoco lo haría. No estaría contento conmigo mismo.

-¿Qué deja en el fútbol?
-Que yo sepa no dejo enemigos. Me he intentado llevar bien con todo el mundo. Soy introvertido y me cuesta abrirme a la gente y por eso, quizás, amigos de verdad no deje muchos. Lo que es cierto es que enemigos no dejo. Nunca he lesionado a nadie a pesar de ser un defensa. Expulsiones, tan solo tengo dos o tres en mi carrera.

-En su historial habrá buenos y malos recuerdos, sensaciones encontradas y contradictorias.
-El mejor recuerdo que tengo es haber debutado con el Real Murcia. La sensación que más me queda es que me lo pasaba muy bien entrenando y que en los partidos la tensión y la responsabilidad te hacían disfrutar menos. La peor sensación es algún reproche que me hago a mí mismo por no haber jugado con el equipo más veces en Primera, no haberlo podido asentar en la categoría. Tras el primer ascenso con Vidal, a poco que se hubieran hecho las cosas bien había equipo para estar mucho tiempo en Primera.

-Un jugador de fútbol recién retirado que desde hace años posee un título universitario, ¿es muy poco corriente en este mundo?
-No es habitual. Pero con el tiempo cada vez los jugadores se dan más cuenta de que el fútbol te deja tiempo libre para hacer algo más que solo entrenar día a día. La mayoría de jugadores no pueden vivir de las rentas y la actual crisis está sirviendo para que muchos de ellos se den cuenta de que hay que tener un respaldo detrás. No me arrepiento de nada, es muy bonito ir a la Universidad, vivir ese ambiente.

-Hubo una vez que el Sevilla estuvo a punto de ficharle. Le tentó y no quiso. ¿Fue un punto de inflexión en su carrera? ¿Se arrepientes visto con perspectiva?

-El año que ascendimos con Vidal tuve varias opciones, y no solo de equipos de Primera, sino de alguno con opciones de jugar en Europa. Pero en esos momentos no me imaginaba, tras subir a Primera con el Real Murcia, el equipo de mi vida, marcharme a otro equipo por mucho que fuera mejor que el nuestro. No me quería perder esa experiencia, vibrar con el Real Murcia en Primera División, y me arrepiento de poco. Esa temporada en la máxima categoría con mi equipo de siempre fue la mejor de mi vida, aunque en lo deportivo fuera mala.

-¿Lo de Orihuela el miércoles deja un sabor agridulce para usted?
-Un poco extraño sí que fue porque llevaba en Orihuela solo dos años y medio. Cuando me lo dijeron me hizo ilusión, que me valoraran en el aspecto deportivo y personal. Ellos pensaron que quizás me podía hacer a mí más ilusión que fuera frente al Real Murcia. Es un gesto que se lo agradezco al Orihuela, aunque la sensación de que el invitado al homenaje fuera el Real Murcia se hizo extraña.

-Pero lo lógico es que hubiera sido en la Nueva Condomina.
-Soy realista y no quería que un homenaje que me daba el Orihuela se volviera en contra del Real Murcia. Es cierto que mi salida no fue lo que a mí me hubiera gustado y es lógico que en el club haya gente que piense de otra manera. Sé la forma de funcionar del club y de la familia Samper y sé que es difícil que la cosa vaya a cambiar y que la denuncia la fueran a olvidar.

-Y eso que Jesús Samper dijo que Juanma formaría parte del club y que tenía planes para usted.
-En el mundo del fútbol lo que un día es blanco al día siguiente es negro. No creo que mi caso sea el primero ni sea el último. Siempre lo he tenido claro, en el fútbol puede pasar de todo y depende de cómo vayan las cosas. Si todo va bien, suele ser todo de color rosa y si no, todo se ve desde otro prisma. Ahora poco se puede hacer.

-¿Lo volvería a hacer?
-Es difícil trasladarse a aquel momento. Con perspectiva las cosas se ven de otra manera. Es una pregunta que me hago todos los días y sólo sé que me lo pensé mucho y me costó dar ese paso. Si lo tomé, fue porque había una situación que me pareció excesiva para mi persona, y no solo profesionalmente, sino personalmente. Una decisión así solo la tomas cuando estás en una situación límite, asumiendo las consecuencias de que no iba a gustar.

-¿El Murcia maltrata sus iconos?
-Yo creo que hoy en día los clubes cambian muy rápido de dueño y que la mayoría de propietarios pretenden hacer un equipo gastándose mucho, con la mejor intención pero descuidando muchos aspectos que de cara al exterior no tienen esa importancia, a priori, pero que a largo plazo son las pequeñas cosas que hacen que un club vaya cogiendo arraigo entre la afición, y que a largo plazo sea un club respetado por la gente de fuera. Los clubes se rigen por el corto plazo y solo vale lo que hacen cada temporada y a veces eso hace que se pierda la perspectiva. Los gestores no cuidan ese tipo de detalles que a la larga hacen grande a las instituciones.

-¿Pese a todo es del Murcia?
-Lo seré toda mi vida. Es un sentimiento que he mamado. Muchas veces me han preguntado si era del Madrid o del Barça y no entendía cómo que gente que es del Real Murcia te dijera que es también de ellos. Los respeto, pero yo soy del equipo de mi ciudad.

Fuente: La Verdad

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