El ala-pívot Vitor Faverani se ha convertido en una de las grandes sensaciones de esta temporada en la LEB Oro. El Unicaja Málaga lo trajo a España hace seis años procedente de Brasil y en su segunda campaña como profesional en el CB Murcia ha destapado el tarro de las esencias consagrándose como el mejor '4' de la competición y perfectamente cualificado para jugar en la ACB. Sus números no engañan, se trata del jugador más valorado y el máximo anotador por minuto jugado que hay en la categoría de plata del baloncesto nacional. Además, está situado entre los diez primeros clasificados en cinco de los apartados más importantes del juego. Él es uno de los hombres que marcan las diferencias en la categoría, sobre todo cuando juega cerca del aro, en el interior, donde en esta liga hay pocos capaces de frenar a 'un 2,10' con la agilidad de un alero.
Vitor no se ha perdido ni un solo encuentro esta temporada, incluso jugó lesionado, con un esguince en el tobillo, la final de la Copa Príncipe. Pero su entrenador ha sabido dosificarlo en los 32 partidos, en los que promedia 22,5 minutos, nada comparable a los más de 30 minutos o casi 30 que promedian otros jugadores llamados a tirar de sus respectivos equipos. No es ni de cerca de los hombres que más minutos está sobre la pista. No en vano en su mismo equipo hay hasta tres jugadores que acumulan más minutos. Sin embargo, con un 70,8% es el mejor jugador en lanzamiento de dos puntos; con 47 mates, es el segundo en este apartado y está a sólo 1 del primero; con 35 tapones es el séptimo; con 15 puntos es el octavo anotador de la competición; y con 17,56 es el sexto jugador más valorado. Pero todos estos datos son en términos absolutos. El brasileño juega menos tiempo que cualquiera de los hombres que le superan tanto en puntos como en valoración, y eso se debe a la dosificación a la que le somete su entrenador, Luis Guil. Muy pocos han sabido frenarle esta temporada y únicamente algunos árbitros le han sacado de quicio y le han hecho perder los papeles.
Faverani llegó con 16 años a España para militar en el equipo júnior de Unicaja. Pasó por su filial en repetidas ocasiones e incluso debutó en la ACB con 17 años. Fue cedido al Zaragoza y al filial del Bruesa, pero cuando el club malagueño le dio la carta de libertad fue el CB Murcia el que lo firmó. Aunque es un jugador que ha llamado la atención desde que llegó a España, a sus 22 años ha alcanzado el momento más dulce de su carrera. Este año se siente importante, no se le compara con su compatriota Paulao Prestes (con el que jugó en Murcia la temporada pasada), tiene relativa libertad dentro de la pista, tiene el Juan Ignacio Jasen un compañero y un amigo y Luis Guil lo sabe llevar perfectamente aunque algunas vez sus miradas se crucen -normal cuando se sale excesivamente del guión escrito-.
Además de ser seguramente el mejor jugador de la competición y el más completo, nadie tiene duda de que es el más espectacular. Esta temporada colecciona mates de todas las posiciones y colores, para mayor sonrojo de sus rivales. Bajo el aro, donde es un referente para sus compañeros, no hay quien lo frene y las defensas que le hacen sus oponentes le permiten a sus compañeros estar más liberados.
El brasileño tiene los pies en el suelo con respecto a la situación actual del equipo: «Tenemos que trabajar muy duro, todavía no hemos conseguido nada. La única diferencia con respecto a unos días es que ahora dependemos sólo de nuestros resultados, pero para ascender hay que ganar dos encuentros más y nadie nos va a regalar nada. Es cierto que hay muchos equipos que nos cambiarían su situación por la nuestra, pero no todos tienen la calidad que hay aquí».
Lo que sí ha cambiado es el ánimo entre los jugadores: «Esta semana estamos mucho más contentos, personalmente tengo un cosquilleo en la barriga. Pero de lo que tenemos ganas es de que llegue el día de jugar. Estamos muy castigados psicológicamente por ir a remolque en buena parte de la temporada y tenemos que hacer un esfuerzo más ahora que lo tenemos tan cerca. Vine a Murcia -por segunda vez- para ascender y no sabía si directamente o en los 'play off', pero siempre he confiado en regresar a la ACB».
Fuente: La Verdad
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