Pasan los años. Entrenadores, directores deportivos... se suceden. Por medio, descensos de categoría que en buena lógica deberían modificar conductas, pero en materia deportiva todo sigue igual. Así, estos días Sergio Fernández e Iñaki Alonso mirarán a Madrid para saber si el pulgar en Casa Samper sube o baja, a ver si hay posibilidad de acudir a ese mercado que el primero tiene peinado (no ha parado en todo el curso de ver fútbol en Segunda B, ni de recibir ofrecimientos). Como siempre, en clara señal de que no existe autonomía y aún menos delegación, de que nada cambió -ni aun a pesar del fracaso que cobró crudeza con el descenso de Girona-, de que todo se cuece en el cuartel de Samper.
Hoy, lunes, Sergio volverá a su trabajo en las oficinas. Seguirá recibiendo mil llamadas de managers y a todos les dirá lo mismo: "Debemos hablar con los jefes". Intentará ganar tiempo en función de lo que le interese el futbolista de turno; entre medias cruzará llamadas con Iñaki, que desde Durango reza para que lleguen jugadores (aunque ambos luego lo nieguen en sus comparecencias oficiales) y esperará a que desde Casa Samper le den turno. Con el presidente de vacaciones en Méjico, será su hermano Juan Antonio el que, a su vez, intentará ganar tiempo. Con este panorama y aun a pesar de que las carencias del equipo están más que localizadas, a pesar de que en la coyuntura de crisis actual, reforzarse saldrá más barato que otros años, a pesar de que para todos los jugadores de Segunda B una llamada grana suena a galáctica, habrá que aguardar. En la clara confirmación de que poco o nada ha cambiado en el proceder deportivo del club.
Lo último que se filtra a representantes es que todos los futbolistas que no estén lo suficientemente contrastados deberán pasar una prueba en el filial, casi como si de una Operación Triunfo se tratara.
Casares y Calderón, deseados
Si precaria es la situación económica del Real Murcia, aún es peor la del Deportivo Alavés. Los vitorianos deben atajar antes de un mes 600.000 euros de deudas inaplazables so pena de acabar con los 90 años de historia del cuadro de Mendizorroza; que tiene presupuestado un ingreso de 80.000 euros -también de forma inmediata, en materia de traspasos-. Por todo ello, no habría que descartar acercamientos granas por el alicantino Calderón y por Casares. El que parece que se aleja es Tariq.
Fuente: AS
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