
«Cada vez me encuentro mejor. La lesión ya está olvidada y ahora es cuestión de ponerse las pilas con la recuperación». Cuando se le pregunta para cuándo la reaparición se muestra cauto. «No quiero marcarme plazos después de las tres recaídas que tuve».
La lesión que tanta lata le ha dado fue una «rotura de fibras en el cuadriceps que me produjo un edema que a su vez no dejaba cicatrizar el músculo. Cada vez que hacía cualquier giro o golpeo de balón se volvía a reproducir. Al final me puso en manos de los doctores Ripoll y De Prado y lo han solucionado».
Jorge Molino nació en Madrid hace 22 años y es la primera vez que ha salido de casa. Hasta ahora toda su vida había transcurrido vinculado al Adarve, un equipo del madrileño barrio de Hortaleza y el Atlético de Madrid. El año pasado con el filial rojiblanco jugó 35 partidos en Segunda B e hizo 10 goles. Además llegó a debutar con el primer equipo contra el Deportivo de La Coruña.
El Real Murcia lo ha fichado por dos años y un tercero opcional, aunque el Atlético de Madrid se ha reservado una opción de repesca para cuando termine esta primera temporada. La afición murcianista casi no conoce el fútbol de Molino... «Siempre juego por detrás del punta. Me gusta más dar el último pase que el marcar gol. Soy más pasador que goleador».
Desde la grada está viendo al equipo «bien hasta que ha llegado ese último traspié en Lorca. Contra el Lucena se hizo un gran partido. Lo de esta jornada ha sido un bache. Estamos sólidos atrás y con mucha movilidad y ganas de hacerlo bien arriba. La Segunda B aunque no lo parezca es muy competitiva y muy dura. Hacer goles es bastante difícil». El Real Murcia juega esta tarde un amistoso, en Crevillente (17.00 horas) con motivo de la disputa del Memorial Enrique Miralles Miralles.
Fuente: La Verdad
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