martes, 2 de marzo de 2010

José González seguirá si logra la permanencia

Cuando José González llegó al banquillo del Real Murcia el panorama era más que negro. El equipo estaba hundido, la afición desesperada, la plantilla carecía de autoestima y en el club lo miraban con recelo. Sus padrinos estaban en Madrid y aquí nadie había contado con él ni en los más remotos sueños. Simplemente, no existía. Santiago del Río, como representante de todo el organigrama murciano, apostaba por David Vidal, el técnico perfecto para quitarle la presión, pero cuando llegó al despacho de los hermanos Samper el nombre de su candidato se quedó en el aire.

Cuatro meses después José González se ha ganado el respeto de todos. Cómo lo ha hecho es fácil de comprender y difícil de aplicar: ha obtenido buenos resultados y nunca se ha metido en charcos. Una fórmula, mezcla de suerte y prudencia, aderezada con su eterna sonrisa y sus buenos modales.

Nadie le habrá escuchado un grito, un mal gesto o una salida de tono. Ha aguantado las críticas, algunas envenenadas, de los sectores más afines a los responsables del club en Murcia, y siempre ha esquivado el cuerpo a cuerpo. No darse nunca por aludido, acudir a las entrevistas fáciles y difíciles y hacer unas declaraciones siempre planas ha sido su tabla de salvación. González ha sabido rebajar como nadie el ambiente crispado que existe en el Real Murcia desde hace años.

A su favor ha tenido una posición mucho más ventajosa que la que padecieron José Miguel Campos o Juan Casuco, entrenadores murcianos que no contaban precisamente con el aprecio de los dueños de Madrid. Muy al contrario, González siempre ha sido un protegido de los hermanos Samper, quienes lo han defendido contra viento y marea cuando la situación era totalmente inestable y le han dado el tiempo y la tranquilidad que todo técnico sueña. Si lo hicieron porque creían ciegamente en él o simplemente porque se negaban a reconocer su error al ficharlo, ya da igual.

El entrenador ha mejorada claramente al equipo. Primero ha conseguidos las victorias necesarias para sacarlo de los puestos de descenso cuatro meses después (aunque está empatado a puntos con el cuarto por la cola, puesto que te manda directamente a Segunda B) y ha logrado que la plantilla, triste y timorata hace unos meses, juegue bien ante cualquier rival.

José González se ha autoreivindicado y ha hecho mejor a José Antonio García Franco, el director deportivo que hizo al plantilla el pasado verano junto a José Miguel Campos. Cada vez que el equipo juega bien se demuestra que el problema ha sido más de tiempo, coordinación y capacidad de los entrenadores, que de calidad y nivel de los jugadores.

Para llegar hasta el puesto diecisiete González ha tenido que tomar decisiones. Pero también lo ha hecho sin estridencias, casi sin hacer ruido. No tuvo refuerzos en el mes de enero y se calló. Intentó complacer a los Samper alineando a Mario Rosas y desistió discretamente. Ha elegido un once ideal y ha muerto con él hasta el final. Todo con suavidad, calma y equilibrio. González está en el lado opuesto de Vidal y ha funcionado.

Vídeos, vídeos y más vídeos. Los jugadores se hundían, naufragaban sus contratos y sea por el trabajo, la unión o la suerte el Real Murcia comenzó a ganar. Si en la Nueva Condomina la tensión se podía cortar, el equipo aprovecho sus salidas. Es el mejor equipo de 2010 lejos de su estadio. El Murcia ha hecho fácil lo más difícil y mira el futuro de otra manera.

González cumple contrato en junio. No tiene cláusula de renovación, tan sólo un poco más de dinero si queda en la parte alta de la tabla. No le hace falta. Su figura representa el triunfo de los Samper contra viento y marea, contra la opinión generalizada de sus empleados, de la afición y de los murcianos, que no vieron la elección con buenos ojos. Si el equipo logra la esperada permanencia habrá entrenador para mucho rato.

Fuente: La Verdad

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